En París, la capital que dicta el pulso de la moda, los tonos de la temporada se anticipan en las calles antes de conquistar las pasarelas. Esta vez, la apuesta del street style es clara, el borgoña se convierte en el color imprescindible del otoño 2025. Profundo, sofisticado y cargado de magnetismo, este matiz entre el vino tinto y el rojo quemado ha sido adoptado por las mujeres más elegantes como símbolo de fuerza y refinamiento.
Un color con historia, reinterpretado
Lejos de ser una novedad, el borgoña ha acompañado a la moda desde hace siglos, asociado con la opulencia de las cortes europeas y la riqueza de los tejidos como el terciopelo y la seda. Lo que distingue a su resurgimiento actual es la forma en que se presenta ahora, minimalista, limpio, con cortes contemporáneos que lo alejan de la rigidez histórica y lo acercan a una sensualidad moderna.
Camisas satinadas, vestidos columna, abrigos envolventes y hasta pantalones de corte recto han adoptado esta tonalidad, demostrando que puede ser versátil sin perder impacto. El borgoña no busca competir con los colores vibrantes; su fuerza radica en su sobriedad magnética y mágica en cualquier contexto.
Elegancia parisina en clave contemporánea
En el street style de la Semana de la Moda de París 2025, el borgoña apareció en blusas de seda combinadas con pantalones negros, en labios mate que armonizan con joyería dorada y en bolsos estructurados que funcionan como acento cromático. Las parisinas lo llevan con un enfoque impecable, siempre equilibrado, con líneas depuradas y un minimalismo calculado que permite que el tono sea el verdadero protagonista.
Más allá del vestuario, el maquillaje y la manicura también se rinden a este color. Un labial borgoña es capaz de transformar un look sencillo en una declaración de sofisticación, mientras que las uñas en esta gama transmiten un lujo discreto que no pasa desapercibido.
Cómo integrarlo en tu estilo
La versatilidad del borgoña lo convierte en una inversión segura. En clave formal, funciona en vestidos de noche y piezas de seda fluida que acompañan con gracia cada movimiento. En un contexto urbano, basta con un blazer en este tono para elevar un total look neutro. Y en accesorios, desde bolsos hasta calzado, aporta el acento perfecto sin necesidad de recurrir a colores estridentes.