Durante la inauguración de la temporada de la Ópera de París, Carlota Casiraghi volvió a demostrar que la elegancia puede estar en los detalles más simples. Su elección de peinado fue un moño pulido, recogido con precisión en la parte superior de la cabeza, que enmarcó su porte aristocrático y realzó la sobriedad de su vestido de transparencias bordadas.
Este tipo de moño, conocido también como chongo bajo o bun en inglés, se ha convertido en el aliado de estilistas y celebridades que buscan un clean look sofisticado sin caer en excesos. Lo que lo hace destacar en Carlota Casiraghi es la impecable ejecución, mechones perfectamente alisados, sin cabellos sueltos, y un acabado brillante que refleja cuidado y naturalidad a la vez.
El efecto del moño en la estética actual
El auge de los peinados minimalistas responde a una tendencia clara, la sofisticación discreta. El moño limpio y sin adornos funciona como un gesto de poder contenido que ejecuta perfectamente Carlota Casiraghi lo llevó con labios en tono fucsia y un maquillaje apenas acentuado en los ojos, equilibrando sobriedad con un guiño de frescura juvenil.
Por qué este moño marcará tendencia
El secreto de este peinado es su versatilidad. Puede acompañar un vestido de gala en una ópera parisina, como lo hizo Carlota Casiraghi, o ser el complemento ideal para un look de oficina, una cena romántica o un evento de día. Además, es un recurso infalible para estilizar el cuello y los hombros, potenciando la caída natural de vestidos escotados o de tirantes delgados.
En las próximas temporadas, veremos cómo este moño se consolida como el nuevo estándar de elegancia práctica, un peinado rápido de hacer, pero que proyecta una imagen pulida y segura de sí misma. Sin duda, la aparición de Carlota Casiraghi en París lo eleva al rango de referente de estilo para quienes buscan un recogido que no pasa desapercibido.
Carlota Casiraghi, la máxima representante del ballet core en París
El vestido de Chanel Alta Costura otoño-invierno 2024/25 que llevó Carlota Casiraghi en la inauguración de la temporada del ballet destaca por su delicadeza estructurada. Se trata de un diseño en tul negro bordado con diminutas aplicaciones plateadas que generan un efecto luminoso en movimiento. La silueta es ligera y fluida, con tirantes finos dobles y un escote sutilmente cuadrado que aporta un aire contemporáneo. La transparencia del tejido superior deja ver un corpiño trabajado en pedrería, lo que refuerza la sensación de capas etéreas sin perder definición. El largo midi y el faldón vaporoso equilibran modernidad y refinamiento, haciendo del conjunto una pieza precisa en proporciones y detalles.