Entre las tendencias más potentes del otoño 2025, los faux fur coats —abrigos de pelo largo sintético— se perfilan como la prenda protagonista. A diferencia del teddy coat, que apuesta por texturas mullidas y suaves en acabado borreguito, este estilo recupera la opulencia de los abrigos de pelo clásico, pero en versiones modernas, sostenibles y aptas para el día a día.
El encanto del faux fur coat radica en su capacidad de transformar cualquier look. Su silueta amplia y su textura llamativa lo convierten en un statement piece capaz de elevar desde un simple par de jeans hasta un vestido de noche. No es casualidad que estilistas e insiders lo estén incorporando en sus armarios como la pieza clave para marcar presencia en los meses fríos.
En cuanto a la paleta cromática, los tonos tierra encabezan las propuestas: marrón, caramelo, beige, camel y por supuesto, mocca mouse, son los favoritos para recrear un aire natural y versátil. Sin embargo, este regreso no se limita a lo clásico. Firmas internacionales han presentado versiones en negro intenso, blanco ártico e incluso colores inesperados como borgoña, verde bosque y azul medianoche, ideales para quienes buscan un giro más audaz.
El revival del faux fur coat también se alinea con la conversación sobre sostenibilidad. Las casas de moda han abandonado progresivamente el uso de pieles reales y han perfeccionado las técnicas de fibras sintéticas, logrando acabados de alta calidad que replican el volumen y el brillo del pelo natural, sin sacrificar la ética ni la innovación.
En el street style, se observa una nueva manera de llevarlo: abierto sobre crop tops y pantalones de corte relajado, abrazando el contraste entre lo lujoso y lo casual. Al mismo tiempo, su potencial glam se despliega en estilismos nocturnos con vestidos satinados o transparencias, donde el faux fur se convierte en la pieza que articula el look con un aire de dramatismo controlado.
Lo interesante de esta tendencia es que, aunque remite al glam de los años setenta y ochenta, hoy adquiere un carácter más democrático porque se puede llevar con todo. Ya no es un símbolo exclusivo de alfombra roja o galas de noche, ahora es un recurso urbano que transmite fuerza, seguridad y estilo sin necesidad de excesos.
El faux fur coat es, en definitiva, la respuesta para quienes desean un abrigo que no solo proteja del frío otoñal, sino que aporte una dosis inmediata de presencia. Su regreso confirma que la moda no teme explorar volúmenes y texturas llamativas, y que el lujo contemporáneo también puede ser accesible, ético y versátil.