En la Milano Fashion Week SS26, Bottega Veneta presentó una colección que desafía la sobriedad minimalista que ha definido gran parte de la moda en los últimos años. Entre los looks más comentados, el protagonismo se lo llevó la tendencia del shaggy fur, un pelaje de fibras largas y brillantes que reinterpreta la idea de abrigo clásico para transformarlo en una pieza de experimentación escultural.
El shaggy fur apareció en la pasarela en tonos vibrantes —como el amarillo mostaza y el rojo encendido— con siluetas oversize que ampliaban la presencia de la prenda más allá de su función tradicional. No se trata de un simple juego de texturas, sino de un discurso sobre volumen y movimiento sobre la pasarela, donde cada mechón largo refleja la luz y convierte el atuendo en un objeto hipnótico en constante transformación.
La propuesta conecta con el maximalismo textural, una corriente que ha ganado terreno en las últimas temporadas. Frente al anterior auge de las líneas depuradas y monocromáticas, diseñadoras como Louise Trotter en Bottega Veneta apuestan por la riqueza sensorial en prendas que no solo se ven, sino que también despiertan un impulso táctil. El resultado es un guardarropa que oscila entre lo teatral y lo arquitectónico, pero sin perder el sello de lujo contemporáneo lleno de texturas que distingue a la casa italiana.
El shaggy fur, además, dialoga con un espíritu de nostalgia reinventada. Remite a los abrigos de pelo de los setenta, pero actualizados con cortes geométricos, hombros definidos y acabados tecnológicos que potencian el brillo de cada fibra. Esta mezcla entre pasado y futuro convierte la tendencia en un statement de pasarela que trasciende lo estético para reafirmar el papel de la moda como performance.
Con esta entrega, Bottega Veneta de Louise Trotter demuestra que la próxima primavera-verano 2026 no estará marcada únicamente por colores o cortes, sino por la fuerza expresiva de la textura. El shaggy fur se posiciona así como una de las claves de estilo más potentes de la temporada: una prenda que exige presencia, confianza y una mirada audaz hacia el lujo del mañana.