El sueño de una piel impecable lleva a muchas personas a incorporar ingredientes poderosos como el retinol en su rutina de skincare, pero el camino no es lineal y los atajos pasan factura. Una influencer recientemente compartió que tras aplicar retinol e irse a bañar sufrió una quemadura en el rostro, lo que abre una conversación urgente sobre lo que no se debe hacer cuando este activo entra en tu rutina. Más allá del susto viral, el mensaje es claro: el cuidado inteligente empieza por evitar errores básicos.
Aplicarlo justo antes de una exposición al calor intenso o al vapor El retinol actúa aumentando la renovación celular y puede aumentar temporalmente la sensibilidad cutánea. Entrar a una ducha caliente, al vapor o a un sauna poco después de su aplicación puede intensificar la irritación. En el caso de la influencer Nelly Potenciano, supuesta especialista en el cuidado de la piel, la combinación del tratamiento con retinol + vapor de baño desencadenó una reacción visible en la piel. Aplica el retinol por la noche, en un espacio templado y evita a toda costa la exposición a vapor o calor elevado.
No acompañar con hidratación y protección Otro error común es pensar que solo basta con aplicar el retinol y ya. La piel tratada con retinol requiere apoyo como una buena crema humectante, idealmente con ceramidas o ácido hialurónico, y al día siguiente uso estricto de protector solar. La barrera cutánea queda vulnerable y, sin estos acompañantes, puedes acabar con enrojecimiento, descamación o incluso quemaduras superficiales. La reacción en el rostro de la influencer pone en evidencia esa vulnerabilidad.
Usarlo con demasiada frecuencia o desde el inicio sin tolerancia El retinol no es un producto de uso diario desde el día uno. Si nunca lo usaste, comenzar con frecuencia alta o concentración fuerte aumenta el riesgo de sobreexposición. Los expertos recomiendan empezar 1-2 veces por semana, observar la tolerancia, y subir gradualmente. Saltarse esta pauta es asumir una reacción fuerte.
Mezclarlo con otros activos fuertes sin supervisión Ácidos exfoliantes, peelings, ciertos ácidos vitamínicos, microdermoabrasiones, no. Si la piel ya está bajo acción del retinol, sumar otros estímulos agresivos la deja sin protección. En el caso en cuestión, el factor calor añadió un estímulo más, lo que el rostro terminó pagando. La regla: alterna, disminuye la sobrecarga y nunca combines sin conocer tu tolerancia.
Ignorar signos tempranos de irritación Picor, escozor, enrojecimiento que persiste, sensación de ardor, todas son señales de que el retinol está exigiendo demasiado. Seguir la rutina como si nada ocurre puede derivar en daños visibles. La piel de Nelly Potenciano reaccionó visiblemente y tuvo que detener la aplicación para permitir que la piel se recuperara.
@nellypotencianoa Me queme la cara con retinol #skincare #pielsensible
♬ sonido original - Nelly Potenciano 🤎
El cuidado de la piel aspiracional está bien, pero la realidad es que la piel es un órgano que responde a estímulos, no un accesorio que se pule a voluntad. El retinol puede ser un aliado excelente, pero también puede convertirse en una fuente de estrés cutáneo si no se usa con respeto al protocolo. Si decides integrarlo, hazlo con consciencia: empieza despacio, apóyate en hidratación, evita calor excesivo, minimiza combinaciones agresivas y observa lo que tu piel te dice. Así es como se evita que una promesa de luminosidad termine en una quemadura —y una historia que muchos comparten en redes.