Pamela Anderson volvió a acaparar miradas durante la Semana de la Moda de París, esta vez en el desfile de Tom Ford para la temporada Spring-Summer 2026. La actriz y activista, que en los últimos años se ha caracterizado por abrazar una estética más natural y minimalista, apareció con un look inesperado, un peinado pulido, con volumen discreto y un aire Old Hollywood modernizado que marcó contraste con la melena suelta y sin exageraciones.
Durante su llegada al desfile de Tom Ford en París, Pamela Anderson apostó por un total look negro, un vestido recto con escote palabra de honor, acompañado por un saco estructurado de hombros amplios que caía con naturalidad sobre los brazos. Las gafas oscuras reforzaron esa aura de estrella clásica, mientras que el peinado, con mechones cuidadosamente estilizados hacia atrás, mostró una versión mucho más sofisticada de su imagen.
Este cambio capilar resulta especialmente significativo porque, en apariciones previas, Pamela Anderson había hecho de la sencillez su sello personal, cabello rubio claro, suelto, apenas ondulado y sin exceso de producto, con la naturalidad de un brillo ligero que hablaba de una etapa de aceptación y autenticidad frente a la ola de estereotipos sexistas a los que se enfrentó la actriz en los 90’s.
En París, sin embargo, Pamela Anderson decidió demostrar que la elegancia y la naturalidad no están reñidas con el glam. El contraste entre el antes y después de Pamela Anderson revela su versatilidad, de una melena libre y sin estructura pasó a un estilizado de aire arquitectónico que enmarcaba el rostro y potenciaba los rasgos. El maquillaje también jugó un papel clave, durante el desfile, apostó por una piel satinada, labios nude y cejas suaves, permitiendo que el peinado y el vestuario se convirtieran en los grandes protagonistas.
El mensaje positivo de Pamela Anderson es claro, no ha renunciado a la estética despojada que abrazó en los últimos años, pero sí demuestra que puede adaptarla a escenarios donde el dress code exige un dramatismo distinto. Ese gesto conecta con la narrativa actual de la moda donde la belleza puede ser tanto natural como pulida, sin perder autenticidad en ninguno de sus matices.