Tener poco cabello o una melena con menos densidad de la deseada no significa renunciar al estilo ni limitarse a peinados aburridos. De hecho, elegir el corte adecuado puede hacer toda la diferencia: aporta volumen visual, estructura al rostro y acento natural al movimiento del pelo, sin importar si es lacio, rizado o con textura esponjada.
La clave está en jugar con capas estratégicas, largos favorecedores y formas que acompañen la dirección natural del crecimiento. Hoy te compartimos tres cortes aprobados por estilistas y adorados por celebridades, que logran lo que parece imposible: versatilidad, volumen y facilidad de mantenimiento.
Bob desestructurado o shaggy bob
Este corte moderno, ligeramente desconectado y con puntas irregulares, es ideal para cabello con poca densidad. Al no ser simétrico ni demasiado pulido, da la ilusión de mayor volumen. Es especialmente favorecedor si tienes ondas naturales, ya que permite que la textura trabaje a tu favor sin necesidad de herramientas térmicas.
Funciona bien con el cabello lacio porque rompe con la caída plana, y con rizos o textura esponjada porque resalta el movimiento sin apelmazar.
Corte pixie con capas largas
El pixie no tiene por qué ser sinónimo de rigidez. Cuando se adapta con capas más largas en la parte superior y algo de longitud en los laterales, puede convertirse en un estilo sorprendentemente versátil y sofisticado. Este tipo de pixie suavizado permite crear volumen donde hace falta y es ideal para rostros pequeños o cuellos estilizados.
Además, funciona con cualquier textura: en cabello rizado se ve artístico; en cabello lacio, pulido; y en texturas onduladas, aporta un aire fresco y contemporáneo.
Corte mariposa o butterfly cut corto
Inspirado en los peinados de los años 70, el butterfly cut es una excelente alternativa para quienes tienen poco cabello, pero quieren mantener cierta longitud. El truco está en las capas envolventes y bien distribuidas desde la coronilla, que dan un efecto de melena más abundante y con movimiento.
Si bien se popularizó en cabello largo, las versiones más cortas (a la altura de los hombros o clavícula) también resultan ideales para aportar cuerpo. Este corte se adapta bien a todas las texturas porque las capas siguen el flujo natural del cabello y eliminan el peso innecesario que aplana el volumen.
Lo que debes considerar antes de elegir tu corte
Antes de lanzarte a probar uno de estos estilos, considera la dirección natural de tu crecimiento, el tiempo que dedicas al styling y si estás dispuesta a incorporar productos como mousses ligeros o sprays texturizantes (en caso de texturas muy finas). Los cortes recomendados en esta lista funcionan con o sin styling adicional, lo que los convierte en opciones prácticas sin sacrificar elegancia.
Un buen estilista sabrá adaptar cualquiera de estas propuestas a tu tipo de rostro y necesidades cotidianas, incluso si estás en plena transición de texturas o recuperación capilar.