Dile adiós a los básicos obsoletos como vestidos negros y camisetas blancas, y atrévete a implementar vestidos dorados, la nueva apuesta que plantearon las pasarelas más importantes del mundo para esta temporada de calor.
Cuando los rayos del sol de verano se posan sobre los tejidos de una prenda dorada amplifican la luminosidad favoreciendo al instante la luz natural del rostro logrando un contraste interesante con las pieles bronceadas —incluso cuando no hay accesorios gracias a su reacción inmediata a la luz natural— lo cual le aporta un dinamismo diferente a lo que estamos acostumbradas a llevar en vacaciones.
Además, simbólicamente el dorado está ampliamente relacionado con la abundancia y el poder personal, por lo tanto, los vestidos dorados no sólo apuestan a una estética disruptiva sino a un mensaje mucho más profundo en vísperas de la temporada otoñal que inaugura la segunda mitad del año.
Aunque los vestidos dorados formaban parte de la paleta de colores propia del fin de año, en esta ocasión los veremos como un fundamental del verano, sin embargo, la clave diferenciadora de esta prenda recae sobre los tejidos y los cortes que decidas llevar:
Un vestido dorado con corte de sirena no es lo más apropiado para vacacionar, en cambio un vestido midi, ligero y con vuelo en la parte inferior podría ser más favorecedor durante el verano.
¿Por qué elegir vestidos dorados para el verano?
El dorado está históricamente asociado a la realeza, la celebración y lo extraordinario, si quieres pasar un verano fuera de lo común, estos vestidos lograrán ese glow up que estabas buscando incluso si decides no llevar accesorios o peinados muy elaborados.
- Tip extra: prefiere los vestidos dorados con escote Bardot, asimétrico o corazón para elevar tu total look sin extravagancias y compleméntalo con sandalias nude o blancas y una bolso pañuelo que le añadirá un toque fresco y dinámico a tu paseo por la orilla del mar.