El otoño 2025 trae de vuelta una silueta que evoca lujo, nostalgia y un aire de película antigua, se trata de los abrigos con cuello de pelo. Desde París hasta Nueva York, las pasarelas y las calles se llenan de versiones renovadas de esta pieza icónica que combina calidez y sofisticación sin esfuerzo. Ya no se trata de una prenda vintage rescatada del clóset de una abuela elegante, sino de una reinterpretación moderna que celebra el poder del detalle y la textura.
Los nuevos abrigos con cuello de pelo llegan en cortes estructurados o relajados, confeccionados en lana, cachemira y materiales técnicos, con cuellos que enmarcan el rostro como una joya. Marcas como Miu Miu, Max Mara y Prada han apostado por este acento táctil, transformando un gesto clásico en un símbolo de estatus contemporáneo. Reinterpreta esta prenda clásica sin miedo, lleva ese cuello voluminoso con líneas limpias y colores neutros que realcen su protagonismo.
Esta temporada, el cuello de pelo no se limita al beige o al blanco. Se atreve con tonos vino, gris humo y camel profundo, tonos que sugieren elegancia natural. Algunas firmas incluso lo presentan en versiones desmontables o teñidas, para quienes buscan versatilidad sin perder el encanto retro. En su versión más urbana, se lleva con denim, botines y un bolso estructurado. En su faceta más nocturna, acompaña vestidos fluidos y labios borgoña, evocando el glam de los años cuarenta con un toque moderno y actual.
Su textura es un recordatorio de que el lujo puede sentirse, no solo verse. El cuello de pelo —real o sintético— añade una capa emocional al vestir, un gesto que transforma el movimiento cotidiano en una escena cinematográfica.
En un momento donde el minimalismo domina, los abrigos con cuello de pelo representan un regreso a lo sensorial. Son una invitación a reconectar con el placer de las texturas, con el peso del tejido bien hecho y la elegancia que perdura más allá de las tendencias efímeras. Este otoño, el lujo se manifiesta en la suavidad que roza la piel.