En la moda invernal, pocas prendas logran el equilibrio entre abrigo, estilo y estructura como las chamarras de cuello alto, también conocidas como tipo chimenea. Este diseño —de líneas limpias y cuello envolvente que protege del frío sin necesidad de bufanda— se ha convertido en el nuevo lenguaje del lujo silencioso con prendas que transforman por completo la silueta, pero sin extravagancias innecesarias.
Un cuello que es arquitectura
El secreto de su encanto está en el corte ya que el cuello chimenea no se pliega como el de un suéter ni se dobla como el de una parka tradicional, se eleva y abraza el cuello con un volumen sutil que aporta una sensación de refugio. No solo protege del viento, también estiliza el rostro y alarga el cuello, generando una apariencia refinada sin esfuerzo.
Firmas como The Row, Max Mara, COS y Totême han apostado por esta silueta en colecciones que mezclan proporción y textura, en lana gruesa, cuero mate, algodón técnico o nylon reciclado el resultado son piezas que pueden pasar del aeropuerto a una cena nocturna sin perder coherencia y sin sacrificar estilo.
La estética del abrigo consciente
Aunque actualmente la moda parece moverse hacia la funcionalidad elegante, las chamarras de cuello alto encarnan la nueva definición de lujo útil que todas las insiders están buscando para otoño-invierno 2025. No buscan adornar, sino envolver y su volumen estructurado permite jugar con capas delgadas debajo, haciendo que la prenda respire y se adapte tanto a climas fríos como a días templados.
Además, esta tendencia encaja con el minimalismo cálido que domina el invierno con sus tonos neutros —camel, gris ceniza, verde seco o negro carbón— que se combinan fácilmente con prendas básicas. A diferencia de las chamarras oversize o los abrigos de corte clásico, el cuello chimenea transmite modernidad sin agresividad, más bien con discreción y carácter.
Cómo llevarlas esta temporada
La clave está en permitir que el cuello sea el protagonista. No necesita bufanda ni accesorios voluminosos; basta con un peinado recogido o unos pendientes pequeños para equilibrar la atención visual. En versiones más técnicas, como las de nylon o piel vegana, el efecto es urbano y contemporáneo; en lana o cashmere, se vuelve casi escultórico.
Una forma infalible de actualizar el look es combinar una chamarra de cuello alto con pantalones rectos y botas planas, evocando esa elegancia despreocupada que definió el estilo escandinavo. También funciona sobre vestidos de punto o faldas midi, para un contraste de texturas que se siente sofisticado sin esfuerzo.
Una tendencia que no busca llamar la atención, sino sostenerla
Las chamarras de cuello alto condensan la estética del otoño-invierno 2025, ideales para abrigarse sin perder forma y protegerse del clima sin esconderse. Son prendas que equilibran lo funcional y lo sensorial, y que, en su sencillez, recuerdan que el verdadero estilo no se nota de inmediato, pero deja huella.