En El diablo viste a la moda 2, los zapatos de tacón prometen ser un personaje más. A casi veinte años del clásico de 2006, la secuela dirigida por David Frankel y con guion de Aline Brosh McKenna reúne a nuevamente Meryl Streep, Anne Hathaway, Emily Blunt y Stanley Tucci, todos inmersos en un mundo donde la moda sigue siendo el lenguaje protagonista.
Miranda Priestly: tacones rojos que imponen autoridad
Nuestra querida Meryl Streep ha vuelto a encarnar a Miranda Priestly con su signature minimalismo y tacones que apuntalan su aura. En las primeras imágenes desde el set, se le vio con stilettos destalonados rojos de Jacquemus, los slingbacks altos Cubisto: piel brillante, puntera geométrica y tacón cuadrado, con un delicado moño en empeine. Este modelo se agotó casi inmediatamente tras ser visto en cámara.
En otra escena, Miranda Priestly lleva unos tacones con plataforma escondida —un diseño que alarga visiblemente la silueta sin perder elegancia— en un look en tonos tierra con gabardina y falda midi. Estos pumps, con tacón robusto y construcción que facilita el confort visual y físico, permitieron que la actriz se moviera con facilidad durante las grabaciones en Nueva York.
Andy Sachs evoluciona su estilo con tacones inéditos
Anne Hathaway también ha captado la atención por su calzado. En un momento viral del rodaje, llevó unos kitten‑heels mohawk de Prada, en acabado cuero blanco, con una silueta punzante inspirada en el corte de cabello mohawk. Aunque se habla de la tendencia ugly‑shoe, esos zapatos surgieron como pieza central de su look: pantalón blanco, camiseta dramática, joyería minimalista y bolso estructurado.
Además, Anne Hathaway desplegó su propia gama de tacones para oficina en 2025: sandalias boho de Chloé con base en corcho, botines negros de tacón firmados por Saint Laurent o diseños tipo western de Golden Goose, y zapatos puntiagudos de Prada que contrastaban con sus looks monocromáticos blancos o grises. Cada par habla de una versatilidad elegante, funcional y con sello underground.
¿Por qué los tacones son esenciales para la narrativa?
El elenco central vuelve veinte años después, y el vestuario vuelve a ser un mapa narrativo: cada zapato transmite poder, evolución y conflicto entre generaciones. En la era digital, Miranda Priestly enfrenta el declive de Runway frente al dominio de las redes; Andy Sachs, convertida en periodista prestigiosa, es arrastrada nuevamente a ese universo visualmente exigente. Y Emily Blunt aparece como ejecutiva de lujo, estrenando heels tejidos de Dior y Christian Dior que reflejan su nuevo estatus corporativo.
El diseño de vestuario corre a cargo de Molly Rogers, discípula de Patricia Field. Su elección de tacones –desde los rojos de Jacquemus hasta los sandalias boho o los kitten‑heels Prada– articula tanto una continuidad estética con el film original como una relectura moderna para un mundo post‑print.
Influencia más allá de la pantalla
Desde que el rodaje comenzó en julio de 2025 en Manhattan, las redes sociales han disipado con rapidez fotos exclusivas de estos tacones, y muchos modelos están agotándose antes incluso del estreno (programado para el 1 de mayo de 2026). La moda cinematográfica actúa ya como anticipo de tendencias reales, con estilistas, influencers y editoras retomando esas piezas para inspirar looks reales.
Los tacones en El diablo viste de Prada 2 representan más que un accesorio de moda: son una extensión de la narrativa de poder, transformación y legado. Desde el rojo autoritario de Miranda hasta los diseños arriesgados y funcionales de Andy, cada par ha sido cuidadosamente seleccionado para articular visualmente los conflictos internos y sociales de una secuela en la que la moda sigue siendo la narradora principal. Los models se convierten en protagonistas antes del estreno.