Hay lugares que parecen haber sido diseñados para existir en la frontera entre la realidad y la fantasía. El OHEKA Castle, enclavado en Long Island, Nueva York, es uno de ellos. No solo ostenta el título de segunda residencia privada más grande jamás construida en Estados Unidos, sino que también ha servido de musa para escritores, directores y diseñadores que han encontrado en su silueta de estilo europeo una postal del esplendor americano.
Construido entre 1914 y 1919 por el financista Otto Hermann Kahn, el castillo fue concebido como una réplica moderna de los palacios franceses del Valle del Loira. Su nombre es un acrónimo de su creador —Otto Hermann Kahn— y su construcción costó más de 11 millones de dólares de la época, lo que equivale a más de 130 millones actuales, si se ajusta por inflación. No se trataba de un simple capricho aristocrático, sino de una residencia pensada para impresionar: con 127 habitaciones distribuidas en más de 10 mil m², jardines formales de estilo francés y detalles arquitectónicos que evocan Versalles.
La mansión que inspiró a El Gran Gatsby
El impacto de OHEKA Castle en la cultura pop es tan vasto como sus salones. Se dice que fue una de las principales inspiraciones para F. Scott Fitzgerald al crear el universo de The Great Gatsby, novela publicada en 1925 que retrata la decadencia dorada de la élite de Long Island durante los locos años veinte.
Aunque la ubicación de la mítica mansión de Gatsby se sitúa en la ficticia West Egg, todo en OHEKA Castle —desde su arquitectura de líneas elegantes hasta sus fiestas de verdadero lujo y exclusividad— encarna el espíritu de aquel mundo imaginado por Scott Fitzgerald. Y no es casualidad que adaptaciones cinematográficas de la novela hayan recurrido al castillo para sus locaciones, especialmente como referencia visual para recrear los interiores palaciegos que rodeaban al enigmático millonario.
Un escenario de películas, videoclips y sueños
Además de El Gran Gatsby, OHEKA Castle ha sido locación de múltiples producciones audiovisuales. Su estética de cuento ha cautivado a directores de cine, series, comerciales e incluso videoclips musicales. Entre sus apariciones más destacadas se encuentran:
- Royal Pains, serie médica ambientada en los Hamptons.
- Succession, donde algunos episodios han tomado inspiración estética de la propiedad.
- El videoclip Blank Space de Taylor Swift, en el que el castillo se convierte en un teatro de excesos y pasiones rotas —una versión moderna y pop del drama romántico clásico.
- Comerciales de marcas como Ralph Lauren, Chanel y Lexus, que han aprovechado sus interiores barrocos y jardines geométricos como símbolo de sofisticación sin tiempo.
De castillo privado a hotel 5 estrellas
Después de décadas de abandono y cambios de propiedad, el castillo fue rescatado por el empresario Gary Melius, quien inició una restauración meticulosa en los años 80. Hoy, OHEKA opera como un hotel boutique de lujo y sede para bodas exclusivas, eventos corporativos y sesiones de fotos editoriales.
El hotel ofrece 32 suites decoradas con mobiliario de época, baños de mármol y vistas a los jardines diseñados por el arquitecto paisajista Beatrix Farrand. Caminar por sus pasillos es entrar en una cápsula de elegancia donde el pasado se siente presente, pero el servicio responde a los estándares más exigentes del lujo contemporáneo.