Por Arturo Lizárraga
Las oportunidades de ver obras de teatro con contenido e innovadoras, muchas veces parece una búsqueda compleja, más impulsadas por la recomendación que por la difusión, ya que, en un mundo - donde todo se mueve a la velocidad digital - los algoritmos omiten nuestros gustos necesarios.
Anatomía de un Suicidio, es una obra necesaria en nuestra época y correcta para su apreciación. Basada en el libro de 2017 Anatomy of a Suicide de la dramaturga británica Alice Birch, el texto pareciera cobrar una amplitud multidimensional en la puesta en escena en el Centro Cultural Helénico bajo la dirección de Cristian Magaloni.
Este drama inicia con la obviedad de su título, como si retara a lo predecible de la contemporaneidad mediática, para de inmediato confrontarnos con un dialogo simple, potente y realista. Es a partir de este punto - y a lo largo de su único acto - que la obra va a desafiar nuestra empatía una y otra vez.
En medio de una escenografía minimalista (permitiéndonos el uso de nuestra imaginación) Anatomía de un Suicidio se desenvuelve en una narrativa en estado cuántico, donde tres historias confluyen en una cadena afligida de soledades incomprendidas, aisladas en su individualidad, pero atadas en su melancolía.
Esta puesta en escena cuenta con los protagónicos de Fernanda Castillo, Paula Watson y Diana Sedano, quienes no se limitan a reproducir un diálogo. Cada una de ellas encarna un pedazo del alma del texto, formando la quimera donde el teatro hace su recinto cronológico.
Fernanda Castillo es el verso enternecido de un hilo frágil e incomprendido, con su actuación nos abraza y nos apachurra la normalidad al mismo tiempo, en donde acompañamos a su personaje mientras nos conmueve la conciencia. Paula Watson es la sublevación dolorosa de una consecuencia no solicitada, la rebeldía subsecuente que pareciera desasociar una estabilidad inexistente. Diana Sedano es el pináculo postmoderno en una cadena involuntaria, es la fuerza quebrada, es la posibilidad perdida, es la soledad próxima en un contexto dislocado.
El resto del elenco, conformado por Amanda Farah, Montserrat Ángeles Peralta, Antón Araiza, Hamlet Ramírez, Santiago Zenteno y Lucía Ribeiro, son los engranajes destacados en una ficción que en muchos momentos se siente real, que se entiende real, que es real.
Anatomía de un Suicidio tiene un volumen multi-semiótico en una dramaturgia sencilla, la cual, nos lleva a la reflexión, a la comprensión del prójimo, al descubrimiento propio, dejándonos la languidez de un final esperanzador pepenado en las lágrimas y en el nudo en la garganta. Es una puesta en escena maestra, brutal y descomunal que merece la pena ser vivida. Se presenta los viernes y sábados a las 19 hrs. y los domingos a las 18 hrs. en el Centro Cultural Helénico, hasta el 22 de junio.
