La vida de Victoria y David Beckham siempre ha estado en el ojo público: la música, el futbol, la moda y los negocios los convirtieron en una de las parejas más icónicas del mundo. Sin embargo, detrás de los reflectores, hay un hábito que los une más allá de cualquier portada, se trata de su rutina de entrenamiento conjunta, un plan de seis días a la semana que ha pasado de ser un reto físico a un ritual de conexión emocional.
Según reveló su entrenador personal, Bobby Rich, los Beckham siguen una rutina exigente pero perfectamente estructurada que combina fuerza, movilidad, resistencia y descanso activo. El enfoque no es únicamente estético —aunque los resultados son evidentes—, sino funcional, mantener la salud, la energía y la mentalidad que ambos han cultivado a lo largo de los años.
Una pareja que entrena unida
David y Victoria Beckham inician la jornada con sesiones matutinas, cada uno con objetivos distintos, pero bajo la misma filosofía de disciplina y equilibrio. Ella suele empezar con media hora de ejercicio cardiovascular —principalmente en la máquina de escaleras o en el VersaClimber— para activar su metabolismo, mientras que él apuesta por entrenamientos funcionales inspirados en su etapa como futbolista profesional.
Después, ambos realizan rutinas de fuerza y estabilidad, con peso libre, bandas elásticas y ejercicios compuestos que involucran todo el cuerpo. Los días de pierna y core son especialmente importantes para Victoria, quien busca mantener su tono y postura, mientras David prioriza el trabajo de tronco y movilidad articular.
Alimentación y descanso, la otra mitad del entrenamiento
La constancia de su rutina se complementa con un plan nutricional personalizado. Victoria mantiene una dieta rica en pescado, vegetales, semillas y aceites naturales, evitando azúcares y alimentos ultraprocesados.
David, en cambio, sigue un esquema más flexible, pero equilibrado, incluyendo proteínas magras y carbohidratos integrales. Ambos entienden que el rendimiento físico no existe sin una alimentación limpia ni un descanso reparador.
El matrimonio también incorpora prácticas de recuperación, como baños de hielo, sauna y estiramientos guiados, además de respetar sus horas de sueño.
Más allá del físico
Lo que distingue su rutina no es la intensidad, sino la intención. Entrenar juntos es su forma de mantener la conexión, de apoyarse mutuamente y de reafirmar su compromiso con una vida saludable y plena.