“Tu rubia favorita.” Así se presenta Harper Beckham en su recién estrenado perfil de Instagram, un espacio todavía privado que apenas suma medio centenar de seguidores, pero que ya ha captado la atención del universo de la moda. No es un debut cualquiera, es la primera vez que la hija menor de David y Victoria Beckham decide ocupar su propio lugar en la red, más allá de las apariciones esporádicas en las cuentas familiares que durante años construyeron su presencia pública.
La noticia fue confirmada por su madre, Victoria Beckham, quien compartió en sus historias la imagen que habría dado inicio al perfil de Harper Beckham con una instantánea tomada en Miami, donde ambas posan sonrientes bajo la luz cálida de la ciudad. Victoria Beckham, fiel a su estilo pulido, viste una camisa negra y falda lápiz; Harper Beckham, en cambio, propone su propio código, una camiseta negra de manga larga y escote en V, ligeramente arremangada, combinada con jeans blancos de corte amplio y un bolso Miu Miu modelo Wander en napa negra. La elección es sencilla, pero reveladora, una tierna mezcla de juventud, instinto estético y un guiño al lujo contemporáneo que ya la perfila como heredera del estilo Beckham, aunque con identidad propia.
Más allá del gesto digital, este debut marca el inicio de una nueva fase para la menor del clan. Con solo 14 años, Harper Beckham ya ha acompañado a su madre a desfiles en París, ha mostrado interés por la belleza y ha participado en tutoriales de maquillaje para la firma Victoria Beckham Beauty. Su relación con la moda no es anecdótica, es una educación visual que crece entre bastidores, en camerinos, pasarelas y mesas de diseño desde la cuna.
El look elegido para su primera publicación no solo refleja una personalidad fresca y accesible, sino también una lectura muy actual de la elegancia adolescente. Las prendas básicas —camiseta, jeans, bolso icónico— funcionan como un manifiesto de estilo consciente, donde la autenticidad reemplaza la pose. Es un equilibrio entre herencia y espontaneidad que resulta coherente con la narrativa Beckham: la de una familia que entiende la moda como expresión cultural, pero sin perder el sentido de lo cotidiano.