¿Gasta una fortuna en ropa que nunca te vas a poner? Te hablamos sobre qué es la adicción a las compras, cómo identificarla y qué ocasiona.
Es un error que todas hemos cometido: gastar una fortuna en un outfit que no nos queda y se guarda en el clóset con las etiquetas aún puestas, podría ser un síntoma de adicción a las compras. Aquí, mujeres con estilo revelan sus desilusiones de moda y nos dan tips para evitar el remordimiento por una mala compra. Te interesa: Según estudios recientes, esta es la (exagerada) cantidad de tiempo que invertimos al ir de compras
¿Qué es la adicción a las compras?
Nunca pensarías, al ver a la diseñadora de tejido Angela Wilcox, que ha dado pasos en falso en la moda. Nunca. Rubia e impecable, casi siempre usa vestidos de Mayle con escarolas, medias en crochet y botas Wellington, dando un efecto sorprendentemente chic. Pero el clóset de la diseñadora de 32 años, en su departamento en el West Village, al igual que el de muchas mujeres, está lleno de ropa sin usar.
“Cuando algo está en oferta o cuando vas de compras con alguien más, te sientes presionada por comprar ciertas cosas”, admite. “Cosas que se quedarán ahí colgadas, con las etiquetas puestas, probablemente para siempre”.
El patrón de los errores de Wilcox es poco común, ya que casi siempre son clásicos, como trajes y pumps Chanel, cinturones Judith Leiber y zapatos belgas los que le llaman la atención.
“Generalmente acabo con cosas que son demasiado viejas para mí o para mi ropa acostumbrada”, explica. “A veces mi madre me presiona para comprarlos porque son clásicos y dice que nunca me voy a arrepentir. La verdad es que casi siempre me arrepiento.”
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¿Qué causa la adicción a las compras?
Hay tanta fantasía en el hecho de comprar. ¿A quién no le gustaría ser una compradora super segura, que sólo compra piezas que le quedan a la perfeccón a su estilo personal? ¿A quién no le agradaría tener un clóset bien editado y extra funcional? Dicho esto es muy fácil imaginarnos como alguien que no somos en los confines de un vestidor. Un estudio, realizado recientemente en Londres, concluy ó que la mujer inglesa promedio gasta alrededor de 800 dólares al año en ropa y accesorios que nunca se va a poner. Y no sólo se trata de cosas caras, pueden ser zapatos con 70 por ciento de descuento, que son el veneno de muchas mujeres, o lencería en oferta. Te interesa: Estudios revelan la cantidad exacta de calorías que quemas al ir de compras
Qué ocasiona la adicción a las compras
Si tuviera que sumar el precio de la ropa que nunca me he puesto, temo que sería una cifra de cuatro dígitos, pero todavía no, afortunadamente. Y no soy la única: una encuesta realizada a cuatro compradoras desafortunadas más reveló las siguientes cifras: 4,400, 3,000, 5,800 y 2,200 dólares. (“Y eso son sólo cosas que compré hace tiempo”, confesó una de ellas.) “Compré una capa de lana de Costume National en Roma”, dice Cecilia Morelli, quien trabaja para Primary Productions, una compañía productora de películas en Nueva York. Su estilo personal tiende hacia lo femenino y lo usable: Marc Jacobs, Marni. La capa era oscura y con mucho estilo y ofrecía la posibilidad de una vida con más versatilidad.
“Me costó una fortuna”, dice. “Pero tardé dos años en ponérmela porque no encajaba en mi vida.”
También es fácil dejarse seducir por una oferta. “He comprado pumps lila de Christian Louboutin media talla más grandes sólo porque estaban a muy buen precio. Tengo un nuevo mantra cuando voy de compras: “En oferta no significa gratis”.
Adicción a las compras
- He comprado jeans demasiado chicos pensando que pronto voy a adelgazar.
- Me he convencido a mí misma de que no es importante poder moverse en un vestido, siempre y cuando sea sexy.
- Tengo una falda recta de piel de Proenza Schouler que me ha hecho sonrojar de vergüenza en mi departamento.
- Y entonces los pumps, los jeans, el vestido y la ostentosamente fabulosa falda están en el clóset colgados, esperando caer en manos de una dueña más adecuada.
Te interesa: Ejercicios para aguantar todo un día de compras Incluso puede suceder cuando ya estamos prevenidas. Como le sucedió a la estratega de marca y publicista Amy Swift. Más del estilo de Grace Kelly que de Sofía Loren, Swift dice que su mayor error ha sido olvidar su físico.
“Tengo una chaqueta Gucci de gamuza que nunca me he puesto”, explica. “Cuando recuerdo lo que me hizo comprarla en lugar de sólo admirarla, me doy cuenta de que fue un anuncio muy seductor.” “Si tienes una buena estructura, cosa que no tengo, o tienes piel color oliva, cosa que tampoco tengo, la chaqueta luce muy sexy. Es como si tuvieras una idea clara de cómo eres, pero siempre hay una partecita que quisiera ser diferente.”
Durante algún tiempo intercambiaba mis errores en mi cabeza por millas de vuelo: un fin de semana en Miami, un viaje a Los Ángeles, y recientemente, desde que remodelé mi departamento, por renovaciones. Hay un top Lanvin que saqué de su gancho en varias ocasiones, pero nunca logró llegar a la puerta de la casa. Es un top encantador, pero no es para mí, y su alto precio podría haber retapizado mi recámara. Te interesa: Ir de compras podría ser la clave para levantarte la autoestima, según estudios científicos
¿Por qué compramos cosas que nunca vamos a usar?
Elizabeth Pearce, una abogada de la industria de la moda, tiene una compulsión ocasional inexplicable por los zapatos de tacón.
“Los compro porque son objetos hermosos”, dice. “Pero no uso tacones. Nunca lo he hecho, ni lo haré. Sin embargo, los veo y pienso ‘Wow, esos zapatos Balenciaga se verían fenomenales en mi pared’. (Hasta el momento, no ha averiguado la forma correcta de colgarlos.)”
“Es algo tan cargado de emoción”, relata la chica propietaria de una tienda Linda Dresner, quien ha sido testigo de las compras compulsivas de sus clientas y quien admite haber hecho algunas.
“En París, vi a una jovencita con tacones Yves Saint Laurent de doce centímetros de alto. Fui directamente a comprarlos. Me los puse al llegar a casa y ni siquiera pude caminar para salir del clóset. No puedo regresarlos porque los compré en París. Pero la verdad es que no lo haría, porque sería como desechar una fantasía.” Dresner ha visto a sus clientas en la misma posición. “Tratamos de decirles con tacto ‘No te queda bien’, o ‘No creo que te haga feliz’, pero no siempre es suficiente.”
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¿Qué podemos hacer con todas esas prendas que no podemos usar?
Creo que no soy la única que no ve el regresarlos como una opción. Wilcox espera dos meses, y entonces vende las piezas por eBay (recuerda que su talón de Aquiles son los clásicos altamente vendibles). Siempre puedes llevar las cosas al sastre, como hizo Morelli con la misteriosa capa, la cual desafortunadamente regresó a casa pareciendo una cobija. Y aunque Pearce tiene sus resbalones con los zapatos, no deja que le suceda lo mismo con la ropa. “Si tienes algo de lo que no estás muy segura y lo combinas con algo que te gusta ponerte, puedes encontrar un look que te funcione”, dice. A diferencia de Morelli, siempre logra solucionar las cosas por sí misma, incluso, cortando mangas. Esforzarte para arreglar algo, aunque te quite tiempo, casi siempre vale la pena. Por otra parte, si tienes dudas de una compra después de una semana, dejar pasar otra más no va a cambiar las cosas (busca el recibo de compra y cámbiala a tiempo). Yo llevo la ropa que no me pongo a la tienda por consignación en Manhattan, Tokio 7. Pero casi siempre se las regalo a mis amigas que son má s flacas, altas, gordas o bajitas que yo. Claro, son regalos muy caros, pero es un alivio ver la ropa en el cuerpo de alguien y no colgada. Y de igual manera me han regalado varias cosas: algunas de mis piezas favoritas son errores de mis amigas. “Si en verdad te gusta la ropa”, dice Dresner, “te va a dar gusto verlas puestas”
Tips para evitar la adicción a las compras
• Conoce tu estilo. ¿Te gustan los jeans y los suéteres? Tal vez un vestido de falda amplia no es tu mejor elección. • No dejes que una oferta te seduzca. Sólo porque algo está de rebaja no significa que se te verá bien. • Revisa el recibo. Debes saber cuáles son las políticas en caso de que tengas que regresarlo. • Arréglala. No te sientas intimidada. Es mejor arriesgarte a un nuevo largo o a unas mangas más ajustadas que no ponerte la prenda en absoluto. • Véndela por eBay. Con más de 181 millones de usuarios en el mundo, a alguien le gustarán tus zapatos de diseñador demasiado chicos. • Llévala a una tienda por consignación. Te sorprenderá lo que ganas. • Regálala. Dale tu vestido a una afortunada amiga o hermana a la que le quede el estilo. • Regálala a la beneficencia. No hace falta decir más. Antes de irte: 8 consejos para hacer compras inteligentes