El Gran Premio de México 2025 no solo reunió a los mejores pilotos del mundo, también se convirtió en una verdadera pasarela donde hubo derroche de estilo ya que las invitadas demostraron que la moda puede convivir con la velocidad. Entre los paddocks y zonas VIP, las mujeres marcaron una nueva narrativa: la del glam relajado y estratégico, donde los cortes, colores y texturas hablan con la misma potencia que un motor de carrera.
En el paddock mexicano, las mujeres reinterpretaron el dress code de la Fórmula 1 y lo transformaron en una pasarela viva: sofisticada, audaz y completamente personal. Más allá de los motores, la moda volvió a demostrar que la verdadera competencia está en quién logra destacar con estilo propio.
Minimalismo con estructura
El regreso del blazer oversize se impuso como la pieza clave del fin de semana. Vimos conjuntos en tonos neutros como crema y azul pastel combinados con tops y shorts de líneas limpias. La silueta cuadrada aporta un aire de seguridad y elegancia sin esfuerzo, perfecta para un ambiente que equilibra lo ejecutivo y lo casual. Este look confirma que la sastrería sigue siendo el nuevo uniforme de las mujeres que dominan el asfalto con la misma determinación que el circuito.
El rojo como protagonista absoluto
Entre las asistentes, uno de los estilos más comentados fue el del vestido rojo entallado, una elección que evocó fuerza, sensualidad y sofisticación. Acompañado de sandalias anudadas y un bolso mini del mismo tono, el conjunto demostró que el monocromo bien ejecutado sigue siendo una apuesta ganadora. Este tono, símbolo de pasión y poder, reafirmó su posición como uno de los colores insignia del otoño-invierno 2025.
Denim con personalidad
Otra de las sorpresas vino desde el terreno del denim intervenido. Los jeans con bordados florales y aplicaciones artesanales fueron el recordatorio de que la comodidad no está reñida con la creatividad. Combinados con blusas de textura ligera y accesorios metálicos, aportaron una frescura natural al ambiente sofisticado del paddock.
Elegancia versátil
El satén, los lunares y los tonos pastel también tuvieron su momento. Vestidos con volúmenes estratégicos, mangas estructuradas y tejidos brillantes añadieron un toque romántico sin perder la modernidad. Este equilibrio entre lo femenino y lo arquitectónico definió gran parte del estilo que dominará las próximas temporadas.