La playera marinera —ya sabes, la clásica de rayas color blanco y azul marino— es la única prenda capaz de poner de acuerdo a mayores y niños, hombres y mujeres y a aquellos con estilos diametralmente opuestos. Pero, ¿cómo surgió y por qué se volvió una pieza statement para usar en primavera/verano? La historia tiene la respuesta.
La historia de la playera marinera
Antes de convertirse en uniforme de los marineros franceses este estampado era tachado por inmoral y libertino. En consecuencia, esta pieza quedó relegada al armario de prostitutas, verdugos y presos. Su imagen mejoró cuando fueron adoptadas por los marineros (sus camisetas tenían 21 rayas, una por cada victoria de Napoleón Bonaparte) pero, sobre todo, después de que la Coco Chanel le diera el visto bueno.
Los marineros inspiraron a los diseñadores a utilizar la camiseta de rayas
Sin embargo, la historiadora especializada en moda y autora de la biblia del estilo marinero Nautical Chic, Amber Butchart, asegura que el papel de Chanel “tiende a ser enormemente exagerado en esta historia”. Sin embargo, las seguidoras de Chanel siguieron sus dictados combinando sus perlas con las camisetas de rayas en los años veinte. Esta pieza ha llegado hasta nuestros días y gran parte de la culpa la tiene la Nouvelle Vague y los intelectuales que la resucitaron en los años cincuenta y sesenta. Después de Jean Seberg o Jeanne Moreau.
La marinière sigue “siendo una de las pocas prendas básicas que puede lucir tanto un burgués como un bohemio, dependiendo de cómo se use o de quién la lleve adquiere un significado u otro”. La playera marinera se ha colado en los armarios de Marilyn Monroe, Madonna, Brigitte Bardot o Audrey Hepburn. Además, la camiseta de rayas marineras también es para miembros de la realeza, por ejemplo, Kate Middleton.
El estampado ha acaparado infinitas apariciones en las pasarelas convirtiéndose en seña indisociable de diseñadores como Jean-Paul Gaultier
Las rayas son recurrentes en una infinidad de firmas: de Chanel a Celine pasando por Ralph Lauren o Dior. Tampoco podemos olvidar a Saint James, pionera en la confección de estas camisetas en un pueblo situado en la frontera de Normandía y Bretaña, Mont-Saint-Michel, donde se siguen produciendo hasta el día de hoy.
¿Qué tienen las camisetas de rayas para seguir funcionando tantas décadas después? Parte del misterio reside en que es imposible toparse con una de estas prendas y no asociarla con un sentimiento estival. Una relación que comenzó cuando en los años setenta se aprobó la cuarta semana de vacaciones pagadas en Francia, que animó a los franceses a pasar más tiempo de descanso junto al mar. La libertad asociada al mar quedó para siempre representada por las rayas blancas y azules de la camiseta que ha vestido nuestros veranos (y lo seguirá haciendo).