En una industria donde las historias personales muchas veces se difuminan entre luces y alfombras rojas, hay momentos que resisten el paso del tiempo por su honestidad. Uno de ellos es la emotiva dedicatoria que Angelina Jolie hizo a su madre, Marcheline Bertrand, al recibir el Oscar como Mejor Actriz de Reparto por Inocencia interrumpida en el año 2000. Fue un gesto que revelaba no solo admiración, sino también gratitud y amor por los grandes sacrificios que hizo madre para cuidar de ella y su hermano, James Haven.
Ese emotivo gesto fue un reconocimiento público que cobra otra dimensión cuando se conoce lo que sucedió años antes. En una reciente conversación durante el Festival Internacional de Cine de Santa Bárbara, Angelina Jolie compartió un recuerdo profundamente personal: cuando tenía apenas tres años, su madre la cuidaba en casa mientras veían los premios Oscar de 1979. En aquella ceremonia, Jon Voight, su padre, ganaba la estatuilla a Mejor Actor por Coming Home. Lo que lo hacía doloroso no era su victoria, sino el hecho de que no asistió con su familia, sino acompañado de otra mujer: la actriz Stacey Pickren, con quien mantenía una relación paralela.
Angelina Jolie recordó cómo su madre vivió ese momento con los bebés en casa, viendo cómo su esposo celebraba con otra mujer en televisión. Fue una escena silenciosa que marcó una grieta emocional que Angelina no ha dejado de reconocer como fundacional en su vida y su carrera como actriz.
Jon Voight y Stacey Pickren mantuvieron una relación durante varios años después de su separación de Bertrand en 1978. Aunque su historia nunca fue del todo pública, sí fue lo suficientemente visible como para establecer un contraste con la discreta y resiliente figura de Marcheline Bertrand. Stacey Pickren, también actriz, desapareció con el tiempo del foco mediático, mientras que Jon Voight y Angelina Jolie vivieron un distanciamiento prolongado, con apenas intentos de reconciliación en décadas posteriores.
Lejos de buscar revanchas públicas, Jolie ha construido un homenaje constante a su madre: desde su compromiso humanitario hasta su propia manera de criar a sus hijos. Bertrand, quien renunció a su carrera para dedicarse por completo a sus hijos, permanece como una figura central en la vida de la actriz, no solo por lo que vivió, sino por cómo lo transformó.
Mi madre vio a mi padre ganar el Oscar acompañado de otra mujer mientras ella estaba con sus bebés