Cuando Wimbledon 2025 abre sus puertas, el césped no solo se convierte en escenario deportivo, sino también en pasarela de moda refinada. Este año, las gradas se visten con una mezcla estudiada de tradición y vanguardia, reflejando una temporada que abraza el tenniscore elegante y la sartorialidad ligera.
Paleta cromática y clasicismo reinventado
El emblemático dúo verde‑púrpura de Wimbledon se mantiene como hilo conductor de los estilismos, pero 2025 trae una paleta refrescante: blancos nítidos, cremas suaves, pasteles y estampados discretos. Veremos vestidos midi impecables en blanco roto y trajes de lino beige —una manera sutil de rendir homenaje a la uniformidad del torneo sin perder en personalidad.
Tenniscore: elegancia deportiva
La tendencia tenniscore está en su mejor momento. Piezas inspiradas en ropa de jugador –falda con shorts incorporados, polos estructurados, cárdigans ligeros– combinan funcionalidad con savoir-faire veraniego. Esta estética combina a la perfección con la exigencia de vestir sofisticado sin renunciar a comodidad.
Sastrería ligera: para ellas y ellos
Los diseñadores han apostado por la sastrería fresca. Blazers de lino, pantalones de corte recto y conjuntos coordinados —superiores y faldas o pantalones— conforman un vestuario elegante y funcional. Modelos como Alexa Chung destacan con shorts de traje acompañados de chaquetas livianas, en una combinación de pulcritud y comodidad.
Los hombres también juegan con la elegancia desenfadada: trajes en fresco wool o lino, camisas button-down y mocasines, siempre en tonos discretos como gris claro, azul marino o verde oliva.
Detalles que marcan la diferencia
Los accesorios definen el estilo Wimbledon. Sombreros tipo boater, mules de tacón bajo, pulseras de tenis y carteras tejidas reafirman una identidad sofisticada. También destacan los estampados discretos —rayas, topos finos— que aportan un toque juguetón y contemporáneo sin eclipsar la elegancia.