Cuando pensamos en Giambattista Valli, a nuestra mente automáticamente vienen diseños que exploran más allá de la comodidad y abren un paraíso que solo pocos se atreven a conocer. Esta semana las pasarelas de París recibieron cientos de propuestas que cautivaron hasta al más exceptivo, y es que no era para menos: la Alta Costura es la oportunidad perfecta para deslumbrarnos con los mejores diseños de las casas más icónicas en el mundo de la moda. Entre ellos, como siempre, el lunes 21 de enero, Giambattista Valli explorando grandes volúmenes, capas, tul por doquier y texturas con lo que no nos sorprendería ver a Lady Gaga, Jennifer Lopez o Rihanna próximamente. Comenzando con inspiración (que nos atrevemos a decir) Saint Laurent y llevando al mismo país de Roma hasta París, los primeros diseños en presentarse fueron un reflejo de la mujer moderna y la feminidad extrema, que requirió incluso una buena dosis de brillo en la propuesta. Luego, siguió lo abundante y que caracteriza a Giambattista Valli, sí, los grandes volúmenes que no se hicieron esperar acompañados de la sofisticación, el lujo y las estructuras experimentales. VER TAMBIÉN: Los 20 mejores looks de belleza durante Haute Couture 2018
El foco de atención no solo fue para Giambattista Valli
En total, fueron 56 los looks que conformaron la colección de Alta Costura del diseñador italiano, pero hubo uno en especial que además de cautivar tuvo algo muy peculiar y realmente no tiene que ver con el diseño sino con la modelo. Se trata del look 46, un vestido rosa fucsia terminación tail hem y pliegues, que hacía ver a la perfección el calzado de la modelo, un par de tacones brillantes con apertura enfrente que al parecer no eran del todo los más confortables del desfile o de toda la Haute Couture Week. En la primera salida con el vestido, no hubo ningún problema, sino que fue justo en el final del desfile cuando la modelo no pudo más con la incomodidad del calzado, y ésta a su vez fue evidente al momento que el pie de ella se torció en su recorrido requiriendo que se detuviera por un momento. Pero eso no fue todo, con sus compañeras esperando atrás de ella, la modelo no tuvo más remedió que despedirse de su zapatilla derecha, sí, se lo quitó enmedio de la pasarela y continuó con el desfile. Aquí el momento exacto: https://www.instagram.com/p/BtCkEjIBvwG/ Como era de esperarse, (por obvias razones) ese momento se convirtió en uno de los más recordados de la reciente semana de la Alta Costura y no era para menos, pues la modelo rompió los estándares y se atrevió a hacer lo que pocas se atreven: detener la salida final y no solo eso, retirar su zapatilla y seguir caminando como si nada hubiera pasado con el calzado en su mano.
Ante esto, solo nos queda decir que nos identificamos un poco con ella, o mejor dicho, cualquier mujer puede ser ella un viernes o fin de semana en la noche, obviamente no en un desfile de Giambattista Valli en París, pero somos mujeres y sabemos lo que siente cuando no puedes más con los tacones.
Pero no solo eso, al parecer todo el calzado presentando en esta colección no fue de lo más cómodo para las modelos, pues también algunas desfilaron con los dedos afuera de sus zapatillas, sí, con los dedos fuera. Sin embargo, la única que se atrevió a quitárselo fue ella. VER TAMBIÉN: Lo que debes saber para entender qué es la Alta Costura