En los años 70 y 80, la moda encontró un equilibrio entre funcionalidad y sofisticación en una prenda inesperada, el overol de mezclilla. Lejos de limitarse a su origen obrero, esta pieza se convirtió en un símbolo de frescura en los armarios de la realeza europea. Carolina de Mónaco lo llevó con el desenfado característico de la jet set de la Riviera, mientras Diana Spencer lo adoptó como uniforme cotidiano en sus primeros años como princesa, antes de convertirse en un icono de la alta costura.
Hoy, medio siglo después, el overol recupera protagonismo en pleno 2025. La nostalgia de los noventa había devuelto los jeans rectos y las chaquetas oversize; ahora es el turno del peto vaquero, reinterpretado, moderno, audaz y versátil.
De la realeza al street style
El encanto del overol en Carolina de Mónaco estaba en la naturalidad con la que lo combinaba con blusas de algodón, sandalias planas y gafas XL, integrándolo en su estilo mediterráneo. Lady Di, por su parte, lo convirtió en uniforme relajado para asistir a partidos de polo o para pasear con sus hijos. Fotografías de archivo la muestran con versiones holgadas, camiseta básica debajo y mocasines masculinos, en un gesto que ya anticipaba la estética effortless de las últimas décadas.
El regreso de esta prenda no es casual. El overol responde a la búsqueda actual de piezas versátiles que funcionen tanto para el día como para entornos más cuidados. Su silueta admite múltiples lecturas, desde lo oversize para un aire urbano, ajustada para resaltar la figura o reinterpretada en tejidos distintos al denim, como lino o pana ligera.
Cómo lo reinventa la moda en 2025
Las pasarelas han confirmado este revival. Marcas como Stella McCartney o Chloé lo presentan en tonos neutros con guiños utilitarios, mientras firmas de lujo urbano como Off-White lo transforman con cortes asimétricos y cierres metálicos. Incluso en colecciones de Celine o Isabel Marant aparece como una prenda clave, demostrando que el overol no pertenece ya al terreno de la nostalgia, sino a la conversación estética del presente.
Lo interesante es cómo se integra al armario contemporáneo, ya sea con sandalias minimalistas para un look veraniego, con botas cowboy para acentuar su herencia vaquera o incluso con tacones afilados, elevando su lectura hacia lo nocturno. La prenda mantiene su ADN relajado, pero se transforma en un lienzo abierto para explorar contrastes.
Más allá del denim
Si bien el clásico es el de mezclilla azul, las versiones en piel, sarga de algodón o gabardina reafirman que el overol ha dejado de ser un uniforme informal para convertirse en un terreno experimental. En clave de lujo, las casas reinterpretan la silueta con costuras arquitectónicas, cierres invisibles y materiales de alta calidad, borrando la línea entre funcionalidad y sofisticación.
El retorno del overol confirma la fascinación de la moda por resignificar lo cotidiano. Lo que en Carolina de Mónaco y Lady Di fue símbolo de juventud y espontaneidad, hoy se convierte en una prenda de transición, apta para una mañana urbana, un viaje de verano o un fin de semana en clave relajada. Su fuerza reside en la capacidad de adaptarse a los códigos de cada época, sin perder esa mezcla de comodidad y estilo que lo hizo inolvidable en los 70’s y 80’s.