La industria de la moda se encuentra en un momento de luto y homenaje. Paul Costelloe, uno de los diseñadores más influyentes en la construcción estética de Lady Di, falleció a los 80 años después de una enfermedad breve. Su partida deja un vacío que trasciende las pasarelas, pues se va un creador que entendía que la ropa puede convertirse en un lenguaje emocional, político y profundamente humano.
Paul Costelloe no era un diseñador improvisado. Creció entre telas y patrones, hijo de un sastre, y desde muy joven aprendió que la confección es tanto técnica como intuición. Tras formarse en París y trabajar en ciudades clave para la moda, consolidó un estilo propio: líneas nítidas, estructura impecable y una elegancia que nunca necesitó exageración. Ese equilibrio lo llevó a fundar su casa de moda y, con el tiempo, a convertirse en uno de los nombres recurrentes dentro del calendario británico.
El punto de inflexión llegó cuando comenzó a vestir a Lady Di en los años ochenta. No era tarea menor: la princesa no solo era una figura mediática global, sino una mujer en transición constante, con una presión pública sin precedentes. Paul Costelloe logró vestirla con sensibilidad, estrategia y un sentido refinado del momento cultural. Sus diseños estuvieron presentes en apariciones oficiales, viajes reales y eventos que terminaron en la memoria colectiva.
Entre los más icónicos se encuentran los trajes de silueta impecable, vestidos en tonos suaves y conjuntos que capturaban esa mezcla que Lady Di dominaba, cercanía emocional y presencia innegable. Paul Costelloe entendía que la princesa necesitaba piezas que transmitieran fortaleza sin rigidez, glam sin exceso y modernidad sin renunciar al protocolo. Cada look, aunque pensado para un instante, terminó formando parte del relato histórico de la realeza.
El motivo de su muerte fue una enfermedad corta, abordada de manera discreta por su familia. Partió en paz, rodeado de los suyos, en un cierre que contrasta con la magnitud de la huella que deja en la moda internacional.
Su legado es amplio. Para la realeza, redefinió el concepto de elegancia funcional y demostró que una princesa podía vestir con sofisticación contemporánea sin perder solemnidad. Para los diseñadores, dejó un ejemplo de oficio y visión. Para el público, dejó imágenes que aún hoy encarnan una idea de belleza atemporal.
Paul Costelloe fue más que el creador detrás de algunos de los looks más memorables de Lady Di. Fue un narrador silencioso de su evolución. Con su partida, no solo se va un modista del pasado, sino uno de los artesanos que enseñó cómo la moda puede convertirse en iconografía duradera.