En un contexto visualmente saturado, donde muchas colecciones se diluyen antes de ser comprendidas, cinco firmas mexicanas resisten el vértigo. Con miradas distintas pero un mismo pulso de autenticidad, estas marcas: esculpen relatos, moldean atmósferas y recuerdan que en la moda aún hay espacio para la profundidad. Vistas recientemente en Intermoda, no buscan adaptarse a lo establecido.
NO NAME
En su décimo aniversario, NO NAME presenta su colección número 18 como un manifiesto emocional y visual que celebra las subculturas, la cultura pop y los íconos que marcaron la infancia y evolución creativa de su fundador, Jonathan Morales. “Esta colección es un homenaje a todo lo que me formó. Es una carta de amor a las referencias que me inspiraron desde niño: la música, el performance, el kitsch, el pop. Es una crítica, pero también una celebración”, explica el diseñador. La propuesta fusiona robótica japonesa de los años 80, streetwear reprocesado, stagewear y sastrería experimental, todo articulado desde una estética que rehúye la neutralidad.
Pensada como una experiencia total, la colección incluye cinco piezas intervenidas por Ketsueki Koibito, calzado y accesorios escultóricos diseñados por Coronel x Aldo López, ambientación sonora a cargo de Apolión y una pieza audiovisual firmada por Alan Narváez y Manuel Plascencia. Desde las técnicas de estampado hasta el gesto escénico, cada elemento responde a una búsqueda de identidad sin concesiones. En NO NAME, vestir es una forma de resistencia íntima.
Elizabeth Silva
Hay colecciones que buscan impactar desde lo visual. Otras, como Dualidad Sutil de Elizabeth Silva, conmueven desde el silencio. La propuesta parte de un conflicto íntimo: la tensión entre sombra y luz. El resultado son siluetas que parecen surgir desde un lugar emocional profundo, donde las asimetrías no son tendencia, sino reflejo de un proceso interior.
La combinación de tafetán de seda, tul bordado y licra traslúcida da forma a prendas que se sienten honestas, casi frágiles. Tonos como gris plomo, azul marino profundo o marfil diluido crean un entorno visual que no exige atención: la seduce. Silva no se interesa en el espectáculo, sino en la verdad detrás del gesto.
Báez
Con más de siete décadas de historia, Exclusivos Báez no mira al pasado con nostalgia, sino con determinación. Radiant Wilds, su más reciente propuesta, confirma el dominio técnico de la casa sobre las pieles, sin caer en la repetición. Cada look se construye con una seguridad que solo el oficio puede sostener.
El estilismo, a cargo de Jorge Tirado, se complementó con calzado de Dione y Lady Paulina para ellas, y de Thoro para ellos. La joyería femenina estuvo a cargo de Rosymar González, sumando un toque de refinamiento y narrativa a cada conjunto.
Las texturas —profundas, sensuales, contundentes— se elevan con toques de cristales, cortes envolventes y una paleta de tierra, rojo encendido y dorado ceremonial. La silueta femenina emerge fuerte, sin artificios. Y la línea masculina no se queda atrás: desafía lo clásico con un enfoque igual de audaz. Báez demuestra porque sigue siendo el número en su ramo en México.
Liech Antel
En lugar de presentar una colección, Liech Antel abrió una dimensión. Para celebrar su sexto aniversario, la firma diseñó Manifiesto Fashion Show: un recorrido por cuatro universos que parten de una idea sencilla pero poderosa: la moda debe tener sentido.
Pool to Party propone piezas que acompañan la emoción, desde el recogimiento hasta el desenfreno. Naturaleza Salvaje conecta con lo instintivo y lo orgánico, recordando que somos cuerpo y tierra. Sport se enfoca en la mujer activa y consciente, mientras que Resort celebra el lujo que habita en lo simple: la brisa, la calma, el descanso merecido.
El estilismo del desfile estuvo a cargo de Styling Inc, reforzando la cohesión estética de cada universo. Las colaboraciones no son ornamento, sino extensión natural de su visión: Indigo Lush, Krismarce, Daniel Espinosa, Maria Vera, Veintiocho, Rosymar González, Regina Dondé, Barocco, Cactus Rope y La Fourmi contribuyen a elevar cada universo, sumando textura, carácter y autenticidad. En Liech Antel, el diseño no se impone: acompaña. Cada prenda recuerda que habitarse con intención también es un acto de estilo.
AMARA
MALA SANTA x AMARA Series #0034 es un cruce entre la historia, el ímpetu y la osadía. Inspirada en dos figuras tan distintas como magnéticas —Carlota de Habsburgo y María Félix—, la colección construye una narrativa visual en la que lo divino y lo terrenal se entrelazan sin pedir permiso.
Organza flotante, bordados florales y trajes de sastrería amplia se presentan en tonos carmesí, verde botella y vino oscuro, creando una atmósfera tensa, poderosa, casi cinematográfica. No hay medias tintas. Esta es moda para mujeres que eligen su intensidad, que no temen ser vistas ni escuchadas. Para las que son mucho, y lo celebran.