Elie Saab presentó su colección de Alta Costura otoño-invierno 2025/2026, titulada La Nouvelle Cour, y lo hizo con una afirmación estética que no recurrió al escándalo ni a los artificios fáciles. En cambio, eligió una herramienta mucho más sutil: el color champagne. Una tonalidad que, en manos de Elie Saab, dejó de ser neutra para convertirse en el lenguaje de una elegancia silenciosa, pero inolvidable.
La Nouvelle Cour, como fue titulada la colección, desfiló bajo la luz natural de un salón parisino cargado de historia. La escena parecía construida para enmarcar una propuesta que buscó reencontrarse con la esencia del lujo. Lejos de los excesos o la teatralidad que dominaron otras pasarelas esta temporada, Elie Saab propuso una visión más introspectiva, sin renunciar a la espectacularidad.
El champagne se convirtió en el hilo conductor de la narrativa visual: apareció en vestidos de gala con faldas arquitectónicas, capas bordadas con filigrana metálica, siluetas columna que rozaban el cuerpo como una segunda piel y en todos los casos, el color no fue un fondo, fue un protagonista. Una voz pausada, serena, elegante.
Las texturas tuvieron un rol clave: sedas mate, organzas etéreas, encajes intervenidos con cristales transparentes y perlas diminutas que apenas capturaban la luz. La paleta, que incluía también tonos almendra, rosa empolvado y verdes deslavados, encontró en el champagne su punto de equilibrio. Saab lo usó para matizar, para pulir, para construir siluetas que parecían flotar.
El trabajo artesanal fue, como siempre, impecable. Pero en esta ocasión, el virtuosismo técnico no se impuso con estridencia, sino con una delicadeza casi íntima. Bordados que solo se revelaban bajo cierto ángulo, flores aplicadas como si hubieran brotado del tejido, transparencias que sugerían sin mostrar: cada elemento estaba ahí para servir al conjunto, no para robar protagonismo.
Y en el centro de todo, el color champagne. No como sinónimo de lujo inmediato, sino como símbolo de permanencia. Saab lo convirtió en una declaración de principios: en tiempos de ruido, lo exquisito puede y debe ser silencioso.
La colección presentada hoy confirma que Elie Saab, por su esencia, no necesita recurrir al artificio para seguir siendo uno de los nombres más potentes de la Alta Costura contemporánea. Con La Nouvelle Cour, reafirma su sensibilidad única para leer el presente con una mirada que entiende lo clásico, pero se atreve a reinterpretarlo. Y el champagne, con su luz amortiguada y su elegancia tranquila, fue el vehículo perfecto para esa lectura.