Las swifties de todo el mundo están celebrando un triunfo más de Taylor Swift quien esta tarde anunció a través de sus rede sociales que recuperó los derechos de sus seis primeros álbumes grabados entre 2006 y 2017: Taylor Swift, Fearless, Speak Now, Red, 1989 y Reputation.
Esta disputa dio origen a uno de los fenómenos musicales más grandes actual menta: la taylor’s versión y hoy en Harper’s Bazaar te contamos por qué.
A inicios de su carrera, Taylor Swift trabajó con la disquera Big Machine Records, fundada por Scott Borchetta, quienes poseían los derechos de las grabaciones de Taylor Swift, lo cual implica que solamente la disquera podía tomar decisiones sobre esos materiales, por ejemplo, decidir cómo se usaban las grabaciones originales (los masters) en películas, series, comerciales, además Taylor Swift no recibía regalías como compositora, pero no como dueña de los másters.
Aunque esta situación derivo en un movimiento musical (Taylor’s versión) a la cantante le llevó varios años poder regrabar sus seis primeras producciones ya que por contrato no podía hacerlo, sin embargo, lo logró después de varios años en disputa, pues en 2019, Scooter Braun (a través de su compañía Ithaca Holdings) compró Big Machine Records, y con eso adquirió los derechos de los másters originales de esos seis álbumes.
Es cierto que Taylor Swift expresó públicamente su desacuerdo, afirmando que no se le dio la oportunidad de comprar sus másters y que no quería que Scooter Braun (a quien considera una figura de acoso) tuviera control sobre su música.
A partir de hoy, Taylor Swift ha recuperado la propiedad de sus primeros seis álbumes, lo que implica que las negociaciones sobre su obra serán directamente con ella sin un tercero en las ganancias ya que ahora es dueña de todas sus producciones, por lo que su legado e identidad artística están a salvo nuevamente bajo su control, por lo que ella podrá tomar decisiones comerciales al recuperar simbólica y económicamente la custodia de sus discos.