Gustave Courbet, Desnuda durmiendo, 1862</b></h3>n
Cuando a Gustave Courbet, padre del realismo, le pidieron que pintara un ángel, respondió u201cNunca he visto ángeles. Muéstrame uno y lo pintaré.u201d El desnudo de Courbet toca tierra y se distingue de las perfectas Venuses que populaban el arte en 1800 por sus medias arrugadas, proporciones no idealizadas y desaliñado vello en la axila. Este atrevido énfasis en la realidad marca el camino para impresionistas como Monet, para comenzar a retratar el mundo a través de los ojos en lugar de un idealismo impecable.</p>