Su enigmática belleza la posicionó como una de las supermodelos favoritas de finales de los 90 y principios de los 2000, Esther Cañadas es una mujer que ha hecho del tiempo su mejor aliado, confirmando su estatus de icono.
Por: Álvaro Valadez
Esther Cañadas, Ester eterna...
Con 30 años de trayectoria, Esther Cañadas, la top model española más importante de todos los tiempos, vive actualmente la mejor etapa de su vida. A sus 45 años, Cañadas se reinventa y disfruta al máximo su regreso triunfal a la industria de la moda como musa de Balmain, Fendi, Versace o Balenciaga. Supermodelo, actriz, filántropa, madre y mujer, Esther Cañadas muestra en exclusiva su lado más personal mientras comparte memorias de su pasado y vive su presente de manera consciente y plena. Esther, la estrella que hoy brilla con más fuerza que nunca.
Hoy a la distancia y con la sabiduría que brinda el tiempo, ¿cómo visualizas tu carrera como modelo?
¿Cuáles consideras han sido las claves de tu éxito?
Mirando atrás, pensando de dónde vengo y cuáles eran mis aspiraciones, superé con creces lo que yo había soñado. Ha sido una satisfacción enorme en el terreno profesional conseguir lo que he logrado, trabajar con todos esos genios de la moda, fotógrafos, diseñadores, estilistas… ha sido un lujo. La clave para toda persona que consigue sus sueños creo que es la constancia, trabajar, no rendirse y siempre seguir luchando. El proceso de luchar es una de las partes más bonitas, pero también más duras. Yo cuando inicié ponía la lavadora sólo con agua, no tenía dinero para el detergente, comía arroz blanco porque era lo más barato y tuve que hacerlo todo sola. Una época muy difícil pero también preciosa de mi vida, que me dio la capacidad de entender y valorar todo.
El año 2020 marcó tu regreso a la industria de la moda después de casi una década de estar alejada de los reflectores, ¿cómo ha sido este retorno al modelaje?
¿Qué cambios has percibido en la industria?
Mi regreso de la mano de Olivier Rousteing en Balmain fue una maravilla, me he encontrado con una nueva generación con una creatividad increíble, con una buena onda y una energía contagiosa. Me he sentido súper arropada, querida y valorada. Cuando llegué al desfile de Balmain y me dijeron que iba a cerrar el show fue una gran sorpresa, conocer y reencontrarme con gente de la industria que me dicen que he sido una inspiración, eso es un orgullo.
Los años 90 vieron despegar tu carrera como supermodelo y en los 2000 te consolidaste como una celebridad.
Hoy vivimos un revival de esta época no sólo en la moda también en la cultura pop en general, ¿a qué crees que se debe esta nostalgia?
La moda sabemos que se trata de ciclos, siempre regresan las cosas buenas e interesantes. Los 2000 fue una época en donde todo era un “boom”: la moda, Nueva York, la música, el arte, etc. Había muchísimas cosas sucediendo a la vez que nos abrieron la mente, en general fue una era que recordamos como algo especial. Creo que las nuevas generaciones que no lo vivieron tienen curiosidad y les llama la atención. Si hoy ves un desfile de McQueen o de Gaultier de esos tiempos dices ¡Wow! Pienso que es normal que la gente tenga ganas de investigar y de saber que se hacía y revivirlo, estar más cerca de esa época.
Has trabajado con las más grandes leyendas de la moda como Steven Meisel, Yves Saint Laurent, Peter Lindbergh, Alexander McQueen o Gianni Versace.
¿Qué representan estas personas en tu vida?
Para mí en ese entonces era todo increíble, conocer a toda esa gente que admiraba, imagínate por ejemplo conocer a Gianni Versace, entrar a ese mundo que era tan exclusivo. Después, ya conocías al ser humano, a la persona y tenías grandes vivencias. Recuerdo que la última vez que vi a Gianni fue en una cena en la que me dijo un montón de cosas bonitas, que yo era una mujer especial. Con McQueen recuerdo cuando entró a Givenchy y quería que yo me vistiera de monja en un desfile, me pidió ayudarle para convencer a los directivos de Givenchy. A lo mejor hoy parecería normal, pero en aquél entonces hacer algo así era impensable. Al final convencí al CEO de Givenchy y recuerdo que McQueen estaba en la oficina viéndome de lejos muerto de la risa, un genio que al final como todos era un ser humano.
Donna Karan es una mujer que cambió tu vida personal y profesional.
Hace unos meses tuviste un reencuentro con ella que compartieron en sus redes sociales, ¿cómo fue volver a verla después de tantos años?
¡Reencontrarnos fue una maravilla! Con Donna da igual, puedo no verla en años y en el minuto que la vuelvo a ver es como si el tiempo no hubiera pasado. Desayunamos, comimos, cenamos, fuimos a una exposición, etc. Es una mujer maravillosa, pionera en muchas cosas como incluir modelos de distintas edades, razas y cuerpos. Es una persona muy espiritual y avanzada a su época, llena de energía que inspira mucho. Es fascinante ver como los años pasan y tiene la misma energía y las mismas ganas de conseguir nuevos sueños.
¿Qué momento de tu carrera recuerdas con especial cariño?
El desfile póstumo a Gianni Versace, un momento muy especial en el que el mundo le rindió tributo a un genio como lo era Gianni, pero en el que personalmente le lloraba a una persona muy querida y estaba muy triste. La moda te da un millón de oportunidades y experiencias, es un mundo duro pero las vivencias que te da no tienen precio.
¿Cómo fue la experiencia de ser una supermodelo siendo tan joven en los años 90?
Yo lo viví con mucha preocupación, cuando salió todo el tema de la anorexia y los desórdenes alimenticios, algo que era bastante desconocido en ese entonces. Siendo tan joven me preocupaba porque de alguna manera yo era un ejemplo para las niñas y la gente, porque al final tú eres una imagen. Entonces intenté transmitir lo importante que es cuidarte, tener una buena alimentación, hacer deporte y tener buenos hábitos. Para mí siempre fue muy claro que mi salud es lo primero. La moda es un mundo en el que no puedes estar escuchando lo que todos te dicen porque te vuelves loco, más porque la belleza es algo imposible de medir. Al final lo importante es conocerte, entender qué es lo que quieres, que la perfección no existe y que la moda es una fantasía, no es la realidad.
En ocasiones es necesario “perderse para encontrarse con uno mismo”. Tú decidiste alejarte del ojo público casi una década y radicar en Puerto Vallarta.
¿Cómo fue esta etapa de tu vida en México?, ¿qué representa México para Esther Cañadas?
México lo amo, lo adoro y es una parte enorme de mi corazón, he vivido una parte maravillosa de mi vida ahí. Todas son etapas y hay momentos en los que tienes que avanzar y evolucionar, me saturé de las grandes ciudades, el asfalto, fueron muchos años en Nueva York, muchos años de aviones, al final elegí México para estar en la naturaleza, con amigos y conmigo misma, una época hermosa.
Siempre has sido muy reservada respecto a tu vida privada creando incluso este halo de misterio entorno a tu persona, ¿por qué es importante para ti conservar y defender tu intimidad?
El hecho de que empecé en mi profesión muy joven y tuve un boom mediático mundial, es algo que cuesta mucho asimilar. Uno no se imagina cómo afecta a tu vida personal hasta que lo vives, eso me hizo valorar más mi tiempo libre. Tardé mucho en entrar a Instagram pero ahora ya me está gustando más, soy mucho de vivir el momento y prefiero disfrutarlo estando presente a ponerme a ver qué foto voy a subir.
¿Esther, en qué momento de tu vida te encuentras?
Estoy en una etapa muy bonita de mi vida que no cambio por nada, estoy en un momento de paz y tranquilidad, donde hago eso, vivir el momento. Si estoy jugando con mi hija juego con ella al 100, si estoy dando una entrevista estoy al 100 y al final la vida se trata de eso. Valoro las cosas pequeñas, las cosas simples, soy muy afortunada.
¿Cómo has vivido la maternidad?
Cada mujer tiene un viaje distinto, pero para mí es una manera de expandirme, de tener un amor incondicional, una ilusión eterna. Hay mucho trabajo detrás, pero es muy satisfactorio, me da mucha ilusión ver la personita en que se está convirtiendo, que tenga sus ideas, sus criterios. Para mí es muy importante que se convierta en una mujer independiente y que tenga una voz, que sepa lo que quiere y es muy lindo acompañarla en este proceso.
Hablando del presente, ¿qué tal ha sido realizar nuestro shoot de portada en Roma con la colección de alta joyería de Bulgari, Eden: The Garden Of Wonders?
¡El shoot fue una locura máxima! La seguridad que había para resguardar las joyas era impresionante. Literalmente me ponía algo y preguntaba cuánto costaba y eran millones y millones. Hacer las fotos en Roma con todas estas joyas únicas y fantásticas, la oportunidad de vivir algo así y de ponerte estas piezas para unas fotos increíbles para Harper´s Bazaar México, un país que adoro ha sido maravilloso. Toda la combinación fue un sueño.
¿Qué te emociona actualmente? ¿Esther Cañadas, piensas en el futuro?
Soy una mujer que trabaja mucho en sus objetivos, pero no soy de hacer planes, porque la vida me ha enseñado que uno planea irse para un lado y la vida te lleva para otro. Yo acabé años viviendo en Puerto Vallarta y jamás imaginé que iba a terminar ahí, me fui 6 meses y me quedé años. Al final la vida te pone donde tienes de estar.
¿Cuál consideras es o será el legado de Esther Cañadas en la industria de la moda?
No lo sé, me gustaría dejar el mensaje que los sueños se cumplen si los trabajas. Todo es posible en la vida. Estar agradecido con lo que vives y con lo que tienes y estar presentes. Estamos en una sociedad que se enfoca mucho en el futuro y desea y desecha todo rápido, me gustaría transmitir que todo lleva un proceso y un tiempo, que no necesitas seguir los pasos de nadie, hay que seguir nuestros objetivos y nuestros instintos, estar donde tu interior te pida estar.
- Fotografía: @richardramosstudio
- Stylist: @franmarto
- MUAH: @ivangomez para Chanel y Goldwell @one_offartists
- Asistente de fotografía: @luca_iani
- Asistente de styling: @andreaa_5
- Asistente de muah: @mariaverano.mk
- Entrevista: @valadezalvaro
- Director de arte: @eloriginaldaro
- Directora editorial: @majoguzman
- Locación: @lapostavecchiahotel
Sigue leyendo... Ana de armas, el glamour de la nueva Marilyn Monroe