Esta mañana, el Vaticano anunció de forma oficial la muerte del Papa Francisco, —el número 266 en su historia— a causa de complicaciones respiratorias que padeció desde febrero y ameritaron un ingreso al hospital durante varias semanas. Hoy, a los 88 años, Jorge Mario Bergoglio falleció en la Casa Santa Marta.
El celibato es uno de los valores irrenunciables de la iglesia católica para quienes pretenden dedicar su vida al servicio de Dios, por lo que no es de extrañarse que el Papa Francisco tuviera interés en una sola mujer antes de entrar al seminario. Se trata de Amalia Damonte, el primer y único gran amor conocido de Jorge Mario Bergoglio, quien más tarde se convertiría en el Papa Francisco.
Su historia de amor comenzó en el barrio porteño de Flores, en Buenos Aires, cuando ambos tenían apenas 12 años.
Amalia Damonte, el único amor de Jorge Mario Bergoglio
Jorge Mario Bergoglio, conocido entonces como Marito, se enamoró profundamente de Amalia, una vecina con quien compartía juegos, bailes y una visión humilde de la vida. En una carta que le entregó, le propuso matrimonio y le escribió: “Si no me caso con vos, me hago cura”. Incluso, le dibujó una casita con techo rojo, prometiéndole que sería su hogar juntos.
Si no me caso con vos, me hago cura
Sin embargo, los padres de Amalia se opusieron a la relación y le prohibieron recibir más cartas de Bergoglio. Ella recuerda que su padre la reprendió severamente por atreverse a recibir la carta. A pesar de la separación, mantuvieron correspondencia por carta durante algunos años.
Poco después de la ruptura, Bergoglio ingresó al seminario y comenzó su camino hacia el sacerdocio. En 2013, fue elegido como el primer papa latinoamericano, adoptando el nombre de Francisco.
Amalia, por su parte, se casó y formó una familia, pero siempre recordó con cariño a su primer amor. En entrevistas posteriores, expresó que compartían una profunda humildad y amor por los pobres, considerándose “almas gemelas”.
Esta historia revela un aspecto íntimo y humano del Papa Francisco, mostrando cómo una experiencia de amor juvenil influyó en su decisión de dedicarse a la vida religiosa.