El cambio de estación siempre es un buen pretexto para reinventar la forma en que nos presentamos al mundo, y el cabello se convierte en el eje central de esa transformación. El otoño-invierno 2025 viene cargado de propuestas que no solo siguen las líneas marcadas por las pasarelas, sino que también se adaptan a la diversidad de rostros, reconociendo que un mismo corte puede adquirir matices completamente distintos según las facciones de quien lo lleva.
La premisa es clara: no se trata de imponer un estilo único, sino de encontrar el corte que dialogue con la estructura de tu rostro y potencie tus rasgos de manera natural. Desde longitudes geométricas hasta capas estratégicas, la temporada propone un abanico de posibilidades para cada morfología.
Rostro ovalado: libertad absoluta con el bob desestructurado
El rostro ovalado es considerado el más versátil, y este otoño-invierno lo confirma. El bob desestructurado, con puntas ligeramente desconectadas y acabado texturizado, será el corte insignia. Su capacidad para adaptarse a distintos largos —desde la mandíbula hasta los hombros— lo convierte en la elección ideal para quienes buscan un aire fresco y elegante. Firmas como Prada y Bottega Veneta lo han mostrado en versiones pulidas y con raya en medio, mientras que en el street style se impone con ondas suaves y movimiento natural.
Rostro redondo: capas verticales para estilizar
Para suavizar la redondez y alargar visualmente las facciones, los estilistas apuestan por cortes con capas verticales largas. Este recurso aporta ligereza en los laterales y genera un efecto de afinación. El shag moderno, con un toque setentero, aparece como un favorito de la temporada, especialmente combinado con flequillo largo y despeinado. Marcas como Celine han mostrado cómo este estilo logra un balance entre rebeldía y sofisticación.
Rostro cuadrado: longitudes que suavizan
La mandíbula marcada encuentra en las melenas largas con ondas sueltas una aliada. El corte ideal para este tipo de rostro será el soft layers, un degradado sutil que evita líneas rígidas y aporta dinamismo. Para quienes buscan un look más arriesgado, el long bob con puntas redondeadas suaviza los ángulos y otorga un aire refinado. En pasarela, Loewe lo llevó a un terreno minimalista, mientras que firmas emergentes lo han reinterpretado con acabados brillantes casi líquidos.
Rostro alargado: el flequillo como protagonista
La tendencia dicta que este tipo de rostro se equilibra con cortes que añaden volumen lateral y, sobre todo, con flequillos estratégicos. El curtain fringe sigue vigente, pero se actualiza con un acabado más pesado que cubre parte de la frente. Combinado con cortes midi o melenas con ondas compactas, logra acortar visualmente el rostro y dar mayor simetría. Este recurso se ha visto en colecciones de Chanel y en editoriales de belleza que apuntan al regreso del flequillo como pieza clave del invierno.
Rostro en forma de corazón: movimiento en la base
Para quienes tienen la frente amplia y la barbilla más estrecha, la temporada propone cortes que concentran volumen en la parte inferior. Las melenas a la altura de los hombros con capas ligeras o los cortes butterfly —un híbrido entre capas largas y cortas— equilibran las proporciones y realzan los pómulos. Este estilo, ya visto en campañas de firmas como Miu Miu, permite un look juvenil sin perder sofisticación.