El otoño 2025 llega con un giro inesperado: las capas dejan de ser un recurso exclusivo para las mujeres que tienen mucho volumen en el cabello y se convierten en un elemento estratégico para la segunda mitad del año. No se trata solo de aportar volumen o movimiento, sino de construir una estructura que dialogue con la forma del rostro, la textura natural y el estilo personal. Tres interpretaciones de este clásico han emergido con fuerza en pasarelas, editoriales y salones de autor, cada una con un lenguaje propio y posibilidades infinitas.
Capas largas con acabado líquido
Perfectas para melenas medias o largas, las capas sutiles que comienzan a la altura de la mandíbula y se funden hacia las puntas permiten que el cabello conserve peso visual, pero con un dinamismo controlado. En otoño, el acabado líquido —un liso pulido y brillante— acentúa la caída natural y da un aire arquitectónico al conjunto. Es ideal para quienes buscan un look minimalista pero con presencia, capaz de transitar del día a la noche sin necesidad de retoques extremos.
Claves para llevarlo: un corte preciso, sellado en puntas y mantenimiento con tratamientos de brillo a base de aceites ligeros.
Capas invisibles con ondas suaves
En contraste con el corte de líneas marcadas, las capas invisibles se integran en el cabello casi sin delatar su presencia. Se logran retirando volumen de forma estratégica en las zonas interiores, para que la melena se mueva de manera fluida y natural. Este estilo brilla especialmente en cabellos con ondas suaves, ya que potencia su forma sin crear un efecto escalonado evidente.
Claves para llevarlo: secado con difusor para respetar la textura y productos que definan sin apelmazar. En otoño, la luz más tenue resalta la profundidad de los tonos y el juego de sombras que crean estas capas.
Capas cortas estilo airy shag
Inspirado en la estética de los años 70, pero depurado para el presente, el airy shag combina capas cortas y medias distribuidas en todo el contorno, lo que genera un volumen ligero y controlado. Funciona en cortes medianos o cortos, y favorece especialmente a quienes buscan un marco de rostro más marcado. El resultado es un aire despreocupado, pero técnicamente elaborado, que se adapta tanto a estilos lisos como a texturas naturales.
Claves para llevarlo: productos de acabado mate o con ligera fijación para conservar el movimiento y la sensación de aire en el cabello.