Lo que vimos en Copenhague Fashion Week 2025 fue más que una reunión convencional de diseñadores, se trató de una edición repleta de propuestas inesperadas —como el controvertido bolso de rata—, la reaparición del vestido-útero de Gucci reactivó la conversación sobre el poder del mensaje político dentro del arte y, en particular, desde la moda.
Aunque fue concebido por Alessandro Michele para la colección Crucero 2020 de la maison, su discurso sigue vigente. Así lo demostró Pernille Rosenkilde, quien compartió un unboxing del diseño desde la intimidad de su recámara. Entre lágrimas, la influencer recordó la época en la que veía lejana la posibilidad de ser madre y se sometió a un tratamiento de fertilidad.
Hoy, a punto de recibir a su segundo hijo, la influencer encontró en la Semana de la Moda de Copenhague 2025 el escenario perfecto para lucir una de las piezas más especiales de su guardarropa. No solo por el vínculo con uno de sus diseñadores favoritos, sino porque este vestido la acompañó en su primera portada de revista, convirtiéndose en un símbolo personal de sueños cumplidos.
El diseño, confeccionado en tela fluida y bordado con la silueta precisa de un útero, es más que una prenda: es un manifiesto feminista. Su presencia en el street style reafirma que no se trata de un accesorio decorativo, sino de una declaración urgente, entregada con el refinamiento propio del lujo. Lejos de desplazar la estética, este bordado la reconfigura, enlazando artesanía y reivindicación en un mismo gesto.
Copenhague, con su visión avanzada y compromiso con la sostenibilidad y el discurso social, se convirtió en el escenario idóneo para un mensaje de tal magnitud. La pasarela, una vez más, se erigió como plataforma política sin renunciar al mundo del lujo y la alta costura. En manos de un creador como Michele, la moda trasciende su papel ornamental y se transforma en vehículo de pensamiento.
Y en esa mañana fría, entre flashes y miradas que se detenían más de lo habitual, el vestido-útero de Gucci no solo cubría un cuerpo de la influencer, también contaba una historia. La de una mujer que desafió el tiempo, la ciencia y la incertidumbre. La de una prenda que, aun bordada en 2020, late con la misma fuerza actualmente que lo posiciona como una voz textil que, cada vez que aparece, recuerda que la moda puede ser tan íntima como una cicatriz y tan poderosa como una revolución que grita ‘Mi cuerpo, mi decisión’.