Roma no necesita presentación. Es escenografía y personaje. Y Dolce & Gabbana, siempre atentos a capturar la esencia cultural de los lugares donde presentan sus colecciones de Alta Moda, eligieron este 2025 volver a rendir homenaje a la capital italiana desde una nueva perspectiva: la de los monumentos como silueta, textura y narrativa.
La maison italiana presentó su desfile más ambicioso hasta ahora en el corazón del Foro Romano, bajo el resguardo del Ministerio de Cultura y el Parque Arqueológico del Coliseo. Sin embargo, lo más memorable no fue el entorno, sino cómo la colección misma se convirtió en un recorrido visual por los íconos arquitectónicos de la ciudad.
La Fontana di Trevi: de fuente barroca a escultura viva
Uno de los momentos más conmovedores del desfile fue protagonizado por la modelo Marija Sekulic, quien apareció portando uno de los símbolos más icónicos de Roma, la Fontana di Trevi que cobró vida en un abrigo que se convierte en una verdadera obra de arte.
Confeccionado utilizando la técnica de intarsia, la prenda reproduce meticulosamente cada detalle del monumento. En la tela, la hábil combinación de brocados, jacquards y sedas lurex transmite la riqueza material de la imagen de la Fuente como en un lienzo tridimensional, desde el cielo azul que la cubre hasta la miniatura de columnas, capiteles, arcos, estatuas y volutas que la adornan.
El agua, elemento clave del monumento, se representa a través de docenas de tonos de chiffon que caen por la prenda como una suave cascada.
Este diseño fue, en palabras de quienes lo presenciaron, una escultura en movimiento. Más que un tributo estético, fue una declaración de amor a la fuente que ha visto pasar generaciones de románticos, cineastas y peregrinos del arte. Dolce & Gabbana lograron que la Fontana di Trevi dejara de ser postal para convertirse en piel.
Monumentos como inspiración textil
Pero la Fontana no fue el único recinto homenajeado. La colección incluyó vestidos bordados con patrones inspirados en los mosaicos de Santa Maria in Trastevere, velos que imitaban las celosías del Panteón y capas que reproducían las tonalidades ocres del Palatino al atardecer. Incluso hubo referencias a las estatuas de bronce de los Foros Imperiales, integradas en accesorios y estructuras.
La Alta Moda de Dolce & Gabbana 2025 no solo apostó por el exceso técnico o el dramatismo visual. Apostó por algo más difícil: la traducción emocional de una ciudad. Cada pieza fue una lectura íntima de Roma, como si los diseñadores hubieran bordado recuerdos y ruinas en organza y encaje.
Una pasarela que reformula el vínculo entre moda y patrimonio
En lugar de usar la ciudad como telón de fondo, la casa italiana vistió Roma con Roma. Esta vez, el lujo no se midió en quilates ni bordados: se midió en el respeto con el que se reinterpretó la historia. El desfile también fue una declaración institucional: una colaboración entre moda, Estado y patrimonio que demuestra que la belleza puede ser custodia y no solo consumo.
El desfile de Alta Moda 2025 de Dolce & Gabbana es ya uno de los más comentados del año, no por su opulencia, sino por su capacidad de fundir lo eterno con lo efímero. Transformar la Fontana di Trevi en un vestido y el Foro en pasarela es algo más que una proeza estética, es un homenaje a la cultura occidental.
Y en tiempos de ruido visual, la moda que honra su contexto histórico con reverencia y visión se convierte en un acto de resistencia. Porque Roma no se reinventa, se recuerda. Y Dolce & Gabbana lo saben.