El 2025 fue un año donde la música volvió a pensarse en formato álbum. Lejos de lanzamientos diseñados únicamente para alimentar playlists, muchos artistas apostaron por proyectos conceptuales, narrativas personales y exploraciones sonoras más profundas. Entre regresos esperados, evoluciones artísticas y discos que marcaron conversación cultural, estos doce álbumes se consolidaron como los más relevantes del año por su impacto creativo y crítico.
Lux — Rosalía
Rosalía firmó uno de los discos más ambiciosos de su carrera. Lux combina referencias clásicas, electrónica contemporánea y una narrativa casi escénica. Es un álbum exigente, pensado para escucharse completo, donde cada canción dialoga con la siguiente. Confirma su lugar como una artista que no responde a tendencias, sino que las provoca.
Debí tirar más fotos — Bad Bunny
En uno de sus trabajos más introspectivos, Bad Bunny se aleja del exceso y mira hacia la memoria, la identidad y la nostalgia. El álbum mezcla sonidos tradicionales de Puerto Rico con una sensibilidad urbana más contenida, mostrando una faceta más reflexiva sin perder fuerza cultural.
Eusexua — FKA twigs
Hipnótico y experimental, Eusexua es una extensión del universo artístico de FKA twigs. El disco cruza electrónica, pop alternativo y performance sonoro, construyendo una experiencia que va más allá de lo musical. Cada pista se siente corporal, emocional y visual.
Ego Death at a Bachelorette Party — Hayley Williams
Hayley Williams consolidó su identidad fuera de Paramore con un álbum crudo y emocional. Este proyecto aborda el desgaste afectivo, la reinvención personal y la vulnerabilidad desde un sonido que mezcla rock alternativo con texturas electrónicas sutiles.
Baby — Dijon
Uno de los discos más íntimos del año. Baby apuesta por una producción minimalista donde el R&B alternativo se construye desde la honestidad emocional. Es un álbum que se siente cercano, casi confesional, y que conecta desde la sutileza.
Moisturizer — Wet Leg
Wet Leg mantuvo su irreverencia con un álbum directo, divertido y energético. Moisturizer reafirma su identidad dentro del rock contemporáneo con guitarras urgentes, letras irónicas y una actitud que se siente auténtica, no calculada.
Never Enough — Turnstile
Turnstile expandió los límites del hardcore con un álbum que equilibra agresividad y melodía. Never Enough es intenso pero accesible, demostrando que el género puede evolucionar sin perder su esencia.
Bleeds — Wednesday
Con Bleeds, Wednesday consolidó su lugar en la escena indie. El disco mezcla melancolía, distorsión y una narrativa emocional que conecta con la vulnerabilidad contemporánea. Es un álbum que se siente honesto y profundamente humano.
Let God Sort Em Out — Clipse
El regreso de Clipse fue uno de los momentos más comentados de 2025. El dúo entregó un disco sólido, con letras maduras y producción precisa, demostrando que su relevancia dentro del hip-hop sigue intacta.
Snipe Hunter — Tyler Childers
Tyler Childers amplió su lenguaje musical con un álbum que se aleja del country tradicional. Snipe Hunter destaca por su narrativa compleja y su apertura sonora, posicionándose como uno de los trabajos más interesantes del género este año.
The BPM — Sudan Archives
Sudan Archives entregó uno de los discos más innovadores de 2025. The BPM cruza electrónica, soul y experimentación instrumental, confirmando su lugar como una de las voces más originales de su generación.
Play — Ed Sheeran
Sin reinventar el pop, Ed Sheeran mostró una evolución clara. Play incorpora influencias globales y una producción más abierta, demostrando su capacidad de adaptación y su vigencia dentro del panorama musical actual.