A partir de mayo, la reina Camila tomó la decisión ecológica de no incluir más pieles en su guardarropa, desde 2019 la reina Isabel II también dio a conocer que no compraría una prenda más hecha con pieles de animales.
La demanda de miles de animalistas en el mundo llegó al clóset de la reina Camila quien a partir de mayo ya no agregará pieles de animales en su colección real, así lo informó el Palacio de Buckinham en una carta dirigida a la asociación People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), aunque en la misiva no se aclara cuál será el destino de las prendas hechas con pieles de animales que ya forman parte de la colección de la reina.
Su Majestad no adquirirá ninguna prenda de piel nueva
Aunque esta decisión ya forma parte de una tradición real en pro del cuidado de los animales desde que la reina Isabel II decidió no añadir ninguna prenda que estuviera hecha a base de crueldad animal, en realidad esta decisión fue tomada por la reina Camila debido a una petición hecha por el mismo grupo ecologista a través de su vicepresidenta de programas y operaciones de la organización en el Reino Unido, Elisa Allen.
En dicha petición, Elisa Allen detalla los procesos a los que son sometidos los animales para obtener sus pieles, además del fuerte impacto ambiental que tiene su proceso de elaboración.
La reina Isabel II fue la primera royal en tomar la decisión ecológica para su clóset
Como ya te adelantamos en Harper’s Bazaar, la reina Isabel II fue la primera royal de Reino Unido en unirse a la lucha por el medio ambiente cuando en 2019 su asistente principal, Angela Kelly dio a conocer la decisión a través de su libro “The Other Side of the Coin: The Queen, the Dresser and the Wardrobe”
Si Su Majestad debe asistir a un compromiso en un clima particularmente frío, a partir de 2019 se utilizarán pieles sintéticas para garantizar que ella se mantenga caliente.
A través de su programa de amnistía de pieles, la organización PETA invita a quienes poseen alguna prenda hecha a base de piel animal a donarla a personas en situaciones vulnerables como personas sin hogar, refugiados o sitiados por la guerra.
No podemos recuperar a los animales que sufrieron por estos abrigos, pero podemos utilizar pieles viejas para ayudar a los humanos que las necesitan desesperadamente.