Halloween es el momento perfecto para experimentar con colores intensos, texturas dramáticas y productos que, el resto del año, no tocarías, pero entre pintura facial, glitter, adhesivos y capas de maquillaje, la piel suele ser la gran olvidada. Cuidarla antes y después del maquillaje es clave para evitar irritaciones, brotes o resequedad. Aquí te explicamos cómo hacerlo con un enfoque realista y efectivo.
Prepara la piel como si fuera un lienzo
El mejor maquillaje empieza con una piel limpia y equilibrada. Lava tu rostro con un limpiador suave y aplica una crema hidratante ligera que cree una barrera entre la piel y los pigmentos. Si tu piel tiende a resecarse, agrega un suero con ácido hialurónico; si es grasa, usa una hidratante en gel para controlar el brillo sin obstruir poros.
Un tip profesional: aplica primer o prebase incluso si tu maquillaje no lo requiere. Este paso no solo mejora la duración del look, también evita que los pigmentos penetren directamente en la piel.
Evita productos no diseñados para el rostro
Parece obvio, pero muchas veces se usan pinturas escolares, acrílicos o glitter corporal en la cara. Estos productos pueden causar dermatitis, reacciones alérgicas e incluso dañar el contorno de ojos. Opta por maquillaje artístico dermatológicamente probado o cosméticos certificados para uso facial.
Si el look incluye pegamento o látex, prueba primero en una pequeña zona del brazo. Las alergias por contacto son más comunes de lo que imaginas.
La limpieza post-fiesta es sagrada
Después de Halloween, tu piel necesita respirar. Retira el maquillaje con aceite desmaquillante o bálsamo limpiador, masajeando suavemente hasta disolver cada capa. Evita las toallitas desmaquillantes —resecan y no limpian a profundidad—. Luego lava tu rostro con un limpiador gentil y aplica una crema calmante con ingredientes como aloe vera, niacinamida o centella asiática.
Si usaste mucho glitter o pintura resistente al agua, puedes aplicar una compresa tibia durante unos minutos para ablandar los residuos antes de limpiar.
Rehidrata y repara
Después de una jornada de maquillaje pesado, tu piel necesita restaurar su equilibrio. Aplica una mascarilla hidratante o una capa generosa de crema nutritiva. Dormir con la piel limpia y humectada ayuda a que se recupere su luminosidad natural.
Durante los siguientes días, evita exfoliantes, retinoides o ácidos fuertes: dale un descanso a tu barrera cutánea.
Si tu piel habló, escúchala
Si notas ardor, picazón o brotes después del maquillaje, no ignores las señales. Suspende cualquier producto nuevo y busca opciones calmantes. Un poco de aceite de jojoba o agua termal pueden ayudar a reducir la inflamación mientras la piel se estabiliza.
Cuidar tu piel antes y después de maquillarte en Halloween no le resta diversión al proceso, le da longevidad. Porque no hay mejor disfraz que una piel sana, luminosa y lista para volver a brillar al día siguiente.