Cuando se habla de cuidado de la piel, la atención suele centrarse casi exclusivamente en el rostro. Sin embargo, hay una zona que delata con frecuencia el paso del tiempo con aún mayor contundencia: el cuello. Su piel es más delgada, tiene menos glándulas sebáceas y está constantemente expuesta a los mismos factores agresores que el rostro, pero rara vez recibe los mismos cuidados. Ignorarla es, en términos de longevidad estética, un error mayúsculo.
El cuello envejece con particular sutileza, pero una vez que las líneas horizontales, la pérdida de firmeza o la pigmentación desigual se instalan, revertir estos signos se vuelve más desafiante. Por eso, prevenir es clave. Hoy en Harper’s Bazaar te compartimos algunos consejos esenciales para preservar la salud del cuello y frenar el envejecimiento prematuro con eficacia.
Extiende tu rutina facial al cuello
La regla de oro es simple: todo lo que aplicas en tu rostro, debe llegar hasta el escote. Desde la limpieza suave hasta los sérums antioxidantes, los hidratantes ricos en ingredientes como ácido hialurónico o péptidos, y por supuesto, el protector solar. Este último debe ser de amplio espectro, con un SPF mínimo de 30, incluso en días nublados o de baja exposición.
Incluye activos reafirmantes
Masajes ascendentes y constancia
Evita el tech neck
La postura también envejece. Pasar horas inclinando la cabeza hacia dispositivos móviles favorece la aparición de arrugas horizontales. Intenta mantener el cuello erguido y realiza pausas activas para relajar los músculos cervicales.