¿Alguna vez te has preguntado cuál es el criterio que se utiliza en perfumería al distinguir aromas para hombres y para mujeres? Sinceramente esta distinción tiene un fundamento muy endeble ya que hay aromas que arbitrariamente se asignan a un sexo y no a otro.
Podrás o no estar de acuerdo con las siguientes 5 razones para dejar de dividir perfumes de hombres y mujeres, pero por qué limitarnos a una sola opción cuando podríamos ampliar el espectro de aromas que vayan bien con nuestra piel y nuestra personalidad.
Razones por las cuales debemos dejar de dividir entre perfumes de mujer y de hombre
Tal como te contamos en entregas anteriores, los perfumes están hecho principalmente de materias primas que los perfumistas de primer nivel buscan y consiguen en todos los rincones del planeta. Sólo por poner un ejemplo, hay perfumes que contienen flores orientales y maderas del amazonas, pero ¿cuál es el criterio que se utiliza para decidir si el resultado de esa extravagante e hipótetica combinación es de uso exclusivo para hombres o para mujeres?
Como podrás darte cuenta, sería un criterio arbitrario porque en realidad no hay fundamentos que relacionen un aroma con nuestro sexo asignado al nacer.
Perfumes unisex
La primera razón para dejar de dividir perfumes para hombre o para mujeres es una tendencia reciente en la historia de la perfumería. Surgió en los años 70’s durante la época de la rebeldía y el rompimiento de los parámetros y roles establecidos. Así surgieron los perfumes unisex.
Un claro ejemplo del éxito de esta tendencia es el clásico CK One de Calvin Klein. Este perfume tiene notas de limón, piña y cedro por lo que pertenece a la familia olfativa cítrica aromática unisex. Como podrás concluir, no hay motivos para asignarle la exclusividad de uso a un solo género.
Historia del perfume
En sus inicios los perfumes no estaban segregados por categorías sexo genéricas (hombres o mujeres) ya que quienes podían acceder a ellos eran generalmente los altos estratos sociales y por supuesto los personajes que desempeñaban papeles espirituales.
Hay registros históricos de que en el antiguo Egipto se utilizaban flores y otra materias primas de lo que es el perfume moderno para los rituales religiosos.
En gustos se rompen géneros
Seguramente has escuchado esta frase más de una vez y es cierto: en gustos se rompen géneros. No hay razón científica para privarnos del uso de algo tan universal como una fragancia o aroma.
Usar el perfume de nuestra preferencia no define ningún otro aspecto de nuestra vida salvo el de nuestros gustos en cuanto a aromas se refiere por lo tanto, se convierte en una desición muy personal que debe romper con los prejuicios de la publicidad.
Prejuicios en la publicidad
Este punto es quizá el más esclarecedor en cuanto al criterio que se toma para decidir que afromas y fragancias pertenecen a hombres o mujeres.
Esta división nació con el auge de la publicidad cerca de los años 50’s y es que para atraer nichos la publicidad se encargó de hacernos creer que hay perfumes para mujeres y otros aromas muy distintos para hombres.
Generalmente los perfumes de mujer se asocian a la dulzura, la sensualidad y empoderamiento. En los perfumes para hombres se respira frescura, elegancia y mucha presencia.
Distinción sin futuro
En un futuro no muy lejano esta distinción entre aromas para hombres o para mujeres resultará anacrónico porque las nuevas generaciones están poniendo en jacque todo aquello que nos contaron que estaba ya establecido.
La sociedad y sus valores se mueven, está bien adaptarnos a esos nuevos esquemas que aportan a la inclusión y apertura de opciones. Que no te importe si quieres utilizar un perfume amaderado que generalmente se asocia a lo masculino o al revés, si eres hombre y anhelas usar un perfume con escencias florales como la rosa o la violeta atrévete. Lo vas a disfrutar.