Hubo un tiempo en el que las chanclas de goma, conocidas popularmente como hawaianas, estaban reservadas para la playa, la alberca o el spa. Eran un accesorio utilitario, pensado para lo práctico y sin mayor aspiración estética. Sin embargo, la moda contemporánea se encarga de subvertir jerarquías y, en un giro inesperado, este calzado humilde ha irrumpido en el street style con una fuerza que pocos anticiparon. Hoy, las pasarelas y las calles coinciden: la sandalia más sencilla del armario puede convertirse en un statement de estilo.
El giro de lo funcional a lo aspiracional
El fenómeno no surge de la nada. La moda lleva años explorando la resignificación de piezas consideradas básicas o banales. Si las ugly sneakers abrieron la puerta a lo impensable, ahora las chanclas de goma ocupan ese lugar inesperado. Firmas como The Row, Jil Sander o Bottega Veneta han llevado versiones minimalistas y de alta gama a la pasarela, reinterpretando la silueta con materiales premium, suelas arquitectónicas y acabados monocromáticos que las elevan a la categoría de lujo silencioso.
El atractivo reside en la contradicción: un zapato pensado para lo efímero que ahora se convierte en objeto de deseo en editoriales de moda y fotografías de street style.
La comodidad como discurso estético
En un contexto en el que la moda se vuelve cada vez más híbrida y funcional, las chanclas de goma representan un símbolo de comodidad radical. Lejos de ser una renuncia al estilo, su incorporación a looks urbanos demuestra cómo las prioridades cambian: las mujeres y los hombres que antes se aferraban a los tacones o a los mocasines ahora apuestan por un calzado ligero, casi infantil, pero llevado con intención.
Las imágenes captadas en Copenhague, Milán o Ciudad de México muestran cómo estas sandalias se integran a outfits sofisticados, con trajes de lino, vestidos de seda o jeans rectos. La clave está en la proporción, ya que, cuando el resto del atuendo juega con volúmenes o materiales refinados, la sencillez de la chancla se vuelve un contraste calculado.
El poder de la nostalgia
Hay también un componente emocional. Las chanclas de goma evocan vacaciones, infancia y momentos de ocio. En tiempos de incertidumbre global, esa memoria de ligereza se traduce en una estética que conecta con el deseo de libertad y desconexión. Convertir un objeto tan cotidiano en pieza de street style es un gesto que mezcla ironía y sofisticación.
Reinventar lo humilde
Lo que distingue esta tendencia de un simple comodín de verano es la forma en que la moda la resignifica. No se trata de rescatar cualquier chancla de supermercado, sino de reinterpretar el diseño con una mirada contemporánea. El resultado son modelos en colores neutros —negro, marfil, beige— que dialogan con el minimalismo actual, o versiones en tonos saturados que funcionan como acento visual en un look sobrio.
Incluso marcas históricamente asociadas con la playa, como Hawaianas, han colaborado con diseñadores y artistas para ofrecer ediciones limitadas que se mueven entre lo accesible y lo aspiracional.
Más allá de una moda pasajera
El auge de las chanclas de goma dentro del street style revela cómo la industria redefine constantemente qué significa el lujo. Hoy no está solo en la piel exótica o en el tacón escultórico, sino también en la capacidad de transformar un gesto cotidiano en declaración cultural.
Este resurgir no es una anécdota de verano que responde a una visión más amplia en la que la moda se despoja de rigideces y se atreve a integrar elementos de lo ordinario. El resultado es un equilibrio inesperado entre lo práctico y lo sofisticado, que convierte a las chanclas hawaianas en un icono urbano de esta temporada.