Una voz inconforme que conquistó Londres
Nacida en Estambul en 1990, Dilara Findikoglu se formó en Londres en la prestigiosa Central Saint Martins, donde desde el inicio dejó claro que no seguiría las reglas del sistema. Cuando su colección de graduación fue rechazada, organizó su propio desfile clandestino —una declaración de independencia creativa que se convirtió en leyenda entre los insiders de la moda. Aquella rebeldía marcaría el tono de su firma homónima, una casa que fusiona la teatralidad del punk, la simbología mística y el detalle artesanal de la alta costura.
Su universo es visceral y poético. Juega con la oscuridad, la feminidad y el poder a través de corsés estructurados, bordados minuciosos y siluetas que evocan lo medieval, lo victoriano y lo futurista a la vez. Cada pieza parece contener como manifiesto el repensar los cuerpos, desafiar los códigos del género y celebrar la complejidad de ser mujer en el siglo XXI.
Un lenguaje propio entre el arte y el activismo
Dilara Findikoglu no diseña para agradar, sino para provocar. Su obra es un territorio donde convergen lo gótico, lo religioso, el folclor turco y la iconografía feminista. Habla de resistencia, pero también de belleza. Ha declarado que su objetivo es “romper el patriarcado a través del diseño”, y lo hace con prendas que son como armaduras poderosas, vulnerables, cargadas de historia y de intención.
Cada desfile es una experiencia escénica más que una simple presentación de temporada. Las modelos parecen sacerdotisas o guerreras contemporáneas; la iluminación y la música intensifican la sensación de ritual. En sus pasarelas hay un discurso político, pero también un sentido del espectáculo que la ha convertido en una de las diseñadoras más relevantes del circuito londinense.
Las musas que amplifican su mensaje
El magnetismo de Dilara Findikoglu ha seducido a una larga lista de figuras que comparten su espíritu inconforme. Madonna, Lady Gaga, FKA Twigs, Doja Cat y Bella Hadid han llevado sus creaciones, reafirmando el carácter performático de su ropa, pero fue Rosalía quien recientemente encendió los reflectores sobre su obra al aparecer en los LOS40 Music Awards 2025 con un vestido de corsé estructurado y falda volumétrica, pieza de la colección otoño-invierno 2024.
El look de la catalana resumía la esencia de la diseñadora: fuerza, teatralidad y una feminidad que no teme ser incómoda. En Rosalía, la firma de Dilara Findikoglu se transformó en lenguaje escénico, en símbolo de poder y vulnerabilidad al mismo tiempo.
Más allá de la tendencia
Dilara Findikoglu no sigue tendencias, su propuesta se mantiene fiel a la experimentación, al relato emocional y a la confección artesanal. Su ascendencia turca y su vida en Londres le permiten moverse entre el misticismo de Oriente y la provocación del Occidente contemporáneo.
En cada colección hay un mensaje que va más allá de la prenda: la moda como espacio de libertad, de resistencia y de narrativa. Por eso, cuando Rosalía la eligió para una de sus apariciones más mediáticas, no fue un gesto estético, sino una alianza entre mujeres que entienden la moda como lenguaje de identidad y revolución.