Sigue nuestros consejos para que el daño en tu piel sea mínimo al volar
Pasar ocho horas en un avión supone para la piel una proeza parecida a la de atravesar el desierto. Los cambios de presión atmosférica, la temperatura y unos niveles de humedad ambiental del 8% (calculemos que la humedad media en casa es normalmente superior al 30%) son los obstáculos que nos impiden aterrizar con buena cara y que deshidratan de inmediato el cutis.
Este índice es ligeramente inferior en Primera Clase y Business –otro motivo para invertirle más al boleto de avión–, por el sencillo motivo de que hay menos concentración de pasajeros, por lo que el vapor de agua de sus respiraciones es inferior.
Otros enemigos son los materiales que revisten los aviones: compuestos orgánicos como carbono, flúor, cloro y nitrógeno pueden causar irritación y dolor de cabeza. La alta concentración de anhídrido carbónico del aire (un 5% superior al del aire “natural”, provocado por el continuo reciclado cada pocos minutos) favorece la evaporación del agua, lo cual apaga el tono de la piel y produce arrugas.
Incluso pueden aparecer patologías oportunistas, como enrojecimiento excesivo o acné, aunque la ventaja la tienen las pieles las grasas, porque su capa hidrolipídica es más gruesa.
Dicho esto, a cualquiera se le quitan las ganas de viajar en avión por miedo a ser casteada para The Walking Dead, pero la cosa no es para tanto. Con algunos pequeños trucos, es posible bajar del avión tan fresca como Kate Middleton después de dar a luz a su primer hijo:
- Por su efecto diurético, evita el consumo de cafeína y alcohol antes y durante el vuelo.
- Antes de viajar, consume alimentos ricos en triptófanos y aminoácidos que contribuyan a generar serotonina y melanina, como el chocolate o el plátano.
- Para reforzar la barrera cutánea, utiliza productos que contengan los siguientes activos: proteoglicanos de hidratación mantenida, glicerol, ácido hialurónico y antioxidantes.
- Viaja sin maquillaje y, durante el vuelo, aplica agua termal en tu rostro tantas veces como sea necesario y sella con crema humectante.
- ¡Duerme! Así tus células se regeneran y te verás menos cansada cuando aterrices.
- Una vez en tu destino, realiza una exfoliación suave para mudar de piel y aplica una mascarilla hidratante.