En su más reciente aparición en Instagram, Lindsay Lohan deslumbra con un close-up que parece sacado de una editorial de lujo. La protagonista de Mean Girls reaparece con un look minimalista en clave sofisticada, pero lo que más destaca —antes incluso de su impecable peinado o su vestido de inspiración francesa— es su mirada. ¿El secreto? Una técnica de pestañas cada vez más popular entre celebridades y maquillistas profesionales: el efecto Doll Eye.
Este estilo de extensión o aplicación de pestañas tiene un objetivo claro: abrir la mirada y dar un efecto más redondeado y juvenil, similar al de una muñeca. A diferencia del cat eye —que alarga la mirada hacia las sienes— el doll eye se concentra en elevar el centro del ojo, aplicando las pestañas más largas justo en el medio del párpado superior. Esto crea un arco suave pero definido que estiliza los párpados y enfatiza la expresión, sin recurrir a delineados dramáticos.
En el caso de Lindsay Lohan, esta técnica no solo embellece su mirada, sino que equilibra sus rasgos faciales. Su ceja recta y suavemente arqueada se alinea a la perfección con la curvatura de las pestañas, mientras que el acabado brillante del rímel o top coat aporta un toque elegante, ideal para fotografía en blanco y negro como la que se muestra en su publicación.
Además, el maquillaje acompaña con elegancia. Su piel se ve fresca y natural, sin exceso de contouring ni polvos opacos. La elección de un labial nude con subtono melocotón le da volumen a los labios sin robar protagonismo a los ojos. El delineado, casi invisible, refuerza la base de las pestañas y potencia el efecto lash lift sin cargar el párpado. En resumen, un maquillaje equilibrado, limpio y profundamente favorecedor.
El look se complementa con un peinado pulido: melena recogida con raya en medio y dos mechones sueltos enmarcando el rostro, una elección que evoca la estética clásica del Old Hollywood pero adaptada al 2025. Este tipo de estilismo, sutil y sin artificios, potencia la estructura ósea de Lindsay Lohan —especialmente sus pómulos y mandíbula— y permite que las pestañas sigan siendo el punto focal.
Por último, no podemos dejar de mencionar el vestido de textura tweed, con botones decorativos y un patrón de cuadros que recuerda a la estética de Chanel. La elección de un tejido estructurado en un diseño tan delicado crea un contraste visual exquisito: lo clásico se encuentra con lo contemporáneo en un solo outfit.
En conjunto, Lindsay Lohan ofrece una clase magistral de cómo los pequeños detalles —como la técnica adecuada de pestañas— pueden transformar por completo una imagen.