La moda otoñal de 2025 llega con un aire de movimiento y fluidez. La protagonista inesperada de la temporada es la falda de volantes en cascada, una pieza que combina espíritu bohemio con un toque contemporáneo. Desde las pasarelas de Nueva York, Milán y París hasta los escaparates de las firmas de lujo y prêt-à-porter, esta silueta ha cobrado protagonismo, conquistando a editoras de moda, celebridades y estilistas por igual.
El regreso del volumen con ligereza
La falda en cascada no busca rigidez. Su magia reside en la superposición de volantes asimétricos que generan un efecto de caída natural, como si el tejido se deslizara con cada paso. Este detalle la convierte en una prenda de impacto visual sin necesidad de excesos. Frente a la sobriedad minimalista que dominó temporadas pasadas, el otoño 2025 se abre al dinamismo del movimiento, una invitación a disfrutar de la moda con libertad.
Bohemia actualizada
Aunque tiene raíces en la estética boho de los años 70, la falda de volantes regresa con una lectura más sofisticada. Las casas de moda la presentan en telas fluidas como la seda, el georgette o el satén, que aportan un brillo elegante, así como en algodones más estructurados para el día. El resultado es una prenda versátil capaz de transitar entre lo romántico y lo urbano.
- Para el día: combinada con camisas blancas clásicas o suéteres de punto fino, logra un equilibrio entre practicidad y estilo.
- Para la noche: acompañada de tops ajustados o chaquetas de cuero, revela un costado sensual y moderno.
Paleta y estampados de temporada
Las propuestas otoñales apuestan por tonos profundos como el burdeos, el verde musgo y el azul medianoche, sin dejar de lado los neutros como el beige o el negro, que realzan la textura de los volantes. También destacan los estampados florales oscuros y los motivos geométricos, que aportan un contraste gráfico a la fluidez de la prenda.
Cómo llevarla en otoño 2025
La clave está en dejar que la falda sea el centro del look. Basta añadir piezas sobrias que enmarquen su movimiento. Un cinturón fino acentúa la cintura y aporta definición, mientras que unas botas altas o sandalias de tacón ligero prolongan la silueta. Para quienes buscan un aire más relajado, unas bailarinas planas o botines cowboy le dan un giro desenfadado sin restar sofisticación.
Las marcas han entendido el potencial comercial de esta prenda: no solo es teatral en la pasarela, también tiene un atractivo inmediato en tienda. Su capacidad de favorecer distintos tipos de cuerpo y de adaptarse a diferentes ocasiones la posiciona como una de las piezas más deseadas del guardarropa otoñal.
La falda de volantes en cascada encarna la transición estética de este otoño: una moda que celebra el movimiento, la sensualidad natural y la libertad de estilo. Una tendencia que, lejos de ser pasajera, apunta a convertirse en un nuevo básico para quienes buscan vestir con personalidad.