Irene Azuela, 20 años de trayectoria y en su mejor momento

Irene Azuela

Irene Azuela...

Parece ser todo lo que queremos: la actriz talentosa y sin miedo a los tabús, la madre amorosa, la amiga generosa y franca, la invitada más divertida de la fiesta, la productora comprometida… Pero Irene Azuela es mucho más que lo que el lenguaje puede expresar. Hablamos con ella sobre suvida, sentimientos, quereres y sus gustos. Nunca ha sido fácil definirla, porque es un ser de multiplicidades, complicidades y complejidades en constante movimiento. Una mujer de gran vitalidad y gran sentido del humor. Franca, auténtica, apasionada. También es comprometida, inteligente, exigente, talentosa, humilde, feminista. Su mente es rápida, aguda y formula cuestionamientos para siempre tener más posibilidades. Sabe bien que con la libertad llega el criterio.
Su carrera es sólida, impulsada por decisiones con las que no teme correr riesgos. Además de ser una de lasactrices más desta- cadas del cine, teatro y televisión, también sobresale por su presencia, siempre bien plantada en desfiles, fiestas y alfombras rojas. Hay tantas palabras para hablar de ella, que nos limitaremos a usar tan sólo algunas que van con su personalidad y con este momento de vida.

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FOTO: KHRISTIO

Irene Azuela disfruta del mejor momento de su vida

EMOCIÓN

La primera vez que Irene Azuela sintió el llamado de la actuación fue en Nueva York, cuando tenía 15 años. Su abuelo la llevó a ver Casa de muñecas, del dramaturgo noruego Henrik Ibsen.

“Lo que sentí entonces fue mucho más que asombro y sólo pensé: ‘Si eso se puedehacer, yo quiero hacerlo’.

Desde entonces mi abuelo cobró una dimensión cada vez mayor en el desarrollo de mi carrera.
No solamentefue él quien me presentó el teatro dramático oficialmente, sino que también me lo fomentó.

Me mandaba dinero todos los meses a Londres para ir al teatro, bajo la condición de enviarle una reseña de cada obra a la que fuera. Siento que fue una manera bellísima de decirme: ‘Si va por ahí lo que te gusta, yo le echaré gasolina a ese motor para que se prenda y para que cada vez vaya a mayor velocidad’”, relata.

La sacudida la llevó a estudiar actuación por placer, en The London Academy of Music and Dramatic Art, en Londres.
Aunque todos los días se replantea su decisión, su sentido de pertenencia se completa estando sobre un escenario.
Disfruta deldiálogo tácito entre actor y espectador. Y tal vez esa pasión es por la que todos, con quienes ha trabajado, hablan de su gran entrega y sensibilidad, su buen humor y gran profesionalismo.

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FOTO: KHRISTIO

AUDACIA

Construir la carrera de multiplicidades no sólo requiere talento. Una trayectoria de poco más de 20 años como actriz, además deproductora, demanda una buena dosis de audacia, valentía y perseverancia. Irene cambió su propia narrativa desde el principio.

“Cuando era niña me miraban como la de las facciones finas, la bonita. Uno de los primeros personajes que interpreté fue de ‘la amiga de’ y pensé que tendría una carrera aburrida con personajes a los que nunca les pasa nada. Pero eso me duró poco, porque el siguiente papel que interpreté fue el de ‘la drogadicta’ y siguieron otros muy intensos. Eso me rompió el estereotipo y me encantó, porque era un reto mucho más divertido”.

Siempre ha creído que es una víctima circunstancial del estereotipo de belleza que la televisión mexicana nos inculcó.

“Cuando empecé había de dos: o eras actriz de teatro serio o de telenovela. Llegaba a la escuela de televisión con una falda de tela de la India, venía regresando de allá, y… pues no encajaba. Nunca me compré la historia de que soy seductora o nada parecido”.

Sin embargo, las decisiones que ha tomado en su carrera la han llevado a colaborar con Salma Hayek, Diego Luna, Daniel Giménez Cacho, Williem Dafoe, John Malkovich, Blanca Guerra, José María Yazpik, Angélica Aragón, Rosa María Bianchi, Juan Manuel Bernal, Pedro de Tavira, entre otros.

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FOTO: KHRISTIO

CONGRUENCIA

Es una constante en su vida, es la brújula que la devuelve a su centro.

“Hay veces que logro ser congruente y otras no, pero procuro acomodar la experiencia de tal manera que me haga sentido. En ocasiones no me sale y me sitúo en lugares muy incómodos de donde salen aprendizajes para no volver a hacerlo”.

Es a partir de la congruencia que Irene Azuela elige sus proyectos:

“Cuando me interesa hablar de lo que un personaje hace, lo tomo. Tal vez no todos los elementos de la historia me encantan; sin embargo, siempre rescato loque sí. Si me interesa el reto que representa, lo hago. A veces porque me acomoda al momento de vida que atravieso. El elemento dela congruencia es importante para mí.”

COLECTIVIDAD

De las artes escénicas le fascina la idea de la colectividad que implican. Pensar que vive, junto con muchas personas, un instante de realidad que podría parecerse a la del día siguiente…“¡pero no!En realidad es única e irrepetible y eso me parece alucinante”, exclama. Sabe bien que para hacer cine se utilizan muchos artificios, mientras que en el teatro sólo hay un modo que funciona o no.

“Y si bien es muy conmovedor presenciar una presentación tan apoteótica como una ópera, también te mueve ver a una sola actriz sobre el escenario, sentada en un sillón toda la obra contándote una historia”.

¿Hacia dónde le gustaría que la actuación evolucionara? Irene Azuela no lo tiene claro, por que sabe que la necesidad de ser testigos de historias, de generar conceptos, de plantear preguntas, siempre estará ahí.

“Lo audio-visual y nuevos formatos son sólo vehículos para compartirlos. Me quiero imaginar que cada vez buscaremos más herramientas con menos recursos para generar contenidos independientes, para defendernos un poco del mainstream”.
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FOTO: KHRISTIO

DISCIPLINA/DIVERSIÓN

Confiesa que la televisión la ha echado a perder.

“Por un lado, es una gran escuela porque te orilla a resolver; no tienes tiempo de preparar tanto o detenerte a hacer un análisis del personaje. En el set todo sucede rápido. Eso me ha dado oficio, pero también me ha quitado rigor”. Aunque también ha aprendido a disfrutar más.“Antes creía que la diversión iba en contra de la disciplina, pero no es así; pueden suceder simultáneamente”.

ESTILO

Asegura que lo suyo es la comodidad. Identifica a Charlotte Gainsbourg como alguien con quien podría sintonizar. Sus elecciones al momento de comprar favorecen las formas cuadradas a las curveadas. No distingue entre la ropa etiquetada para hombre de la de mujer, como el saco que lleva puesto para la entrevista: un Prada masculino vintage.

“Siempre he optado por la comodidad. No veo a mí misma con botas altas todos los días. Hay algo en ello con lo que me siento ridícula, aunque con el tiempo he aprendido a hacerlo parte de mi cotidianidad. Por muchos años me sentí overdressed e interpreté que llevar tacones o una camiseta muy pegada resaltarían demasiado y no me gustaba tener una imagen asociada a la frivolidad, pues iba encontra de la cualidad de actriz que busco representar. Más tarde en la vida entendí que llamar la atención no está mal y me reconcilié con la idea. Me empecé a divertir con la moda a partir de mi trabajo, porque tampoco me lo tomo tan en serio. Nunca me imaginé estar en este lugar desde donde puedo jugar con la ropa. Soy consciente de que es un fruto de mi trabajo y no sólo lo agradezco, si no también me divierto mucho”.

FEMINISTA

Irene Azuela se reconoce y declara feminista contemporánea. Sabe alzar la voz en las causas que le parecen justas. También sabe que la narrativa ha cambiado.

“Si te interesa cualquier tema que esté relacionado con la mujer, la equidad, un trato justo y con respeto a nuestros derechos, tienes que decirte feminista. Por supuesto que el rol femenino ha cambiado a lo largo de los años y se valora, porque así lo hemos decidido, señalando la importancia de que así sea. Pero nos toca informarnos de qué se trata ahora, ponernos a leer, porque, además, el feminismo tiene muchas voces. Siempre han existido personajes complejos, pero ahora estamos insistiendo en que las mujeres no son unidimensionales y no estaremos contentas con roles de una sola pincelada”.
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FOTO: KHRISTIO

SENSIBILIDAD

El sentimiento que experimentó cuando vio la obra de Ibsen se avivó hace unas semanas ,cuando estuvo en Nueva York y vio American Utopia, un espectáculo del músico escocés David Byrne, en Broadway. Más allá de la dimensión de una figura como la de Byrne, sintió que había recuperado algo que hace mucho había perdido.

“Fue como darme cuenta de que en algún momento asumí mi vida como es,que dejó de ser extra ordinaria.Ver a ese hombre en el escenario en una gran celebración de la vida, con la música, el teatro y el trabajo en equipo, sentir que cada uno de los integrantes de la banda es un individuo con un instrumento que aporta y, simultáneamente, es parte de algo más grande que su singularidad y la de su instrumento.Es algo tan mágico y maravilloso que impacta directamente la entraña del espectador, sin filtro de la razón”, trata de explicar, todavía emocionada.

TRAYECTORIA

Irene Azuela tiene dos premios Ariel por sus actuaciones en las películas Quemar las naves (2007) y Bajo la sal (2008). En teatro ha colaborado enproyectos de distin- tas intensidades y desde diferentes roles, como actriz, pero también como productora. Desde Oleanna, del dramaturgoestadounidense David Mamet, y Salomé, de Oscar Wilde, pasando por El buen canario, bajo la dirección de John Malkovich o La obra que salemal, de Jonathan Sayer y Henry Shields. Su paso por la televisión incluye las series Un extraño enemigo, Monarca, producida por Salma Hayek, y la próxima a estrenarse Los enviados. Por: Déborah Uranga FASHION STYLING: Maria José Guzmán Sigue leyendo...

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