El frizz en el cabello suele atribuirse al clima, a la humedad ambiental o al tipo de productos que se utilizan. Sin embargo, existe un factor menos evidente pero igualmente importante: la alimentación. Lo que comes no solo se refleja en tu piel o en tu energía diaria, también puede tener un impacto directo en la estructura y comportamiento de tu melena, incluyendo ese volumen no deseado, opacidad o falta de control que comúnmente llamamos frizz o esponjado.
De acuerdo con la dermatóloga capilar Dra. Cecilia Montalvo, especialista en salud capilar y tricología, el cabello es una extensión del metabolismo: lo que no le das a tu cuerpo, tampoco lo recibirán tus folículos. En otras palabras, un déficit de ciertos nutrientes puede alterar la hidratación natural del cabello, debilitar la fibra capilar o aumentar la porosidad de la cutícula, lo cual hace que el cabello absorba humedad del ambiente y reaccione con frizz.
¿Qué provoca el frizz desde adentro?
El frizz está relacionado con una cutícula capilar porosa o desalineada. Cuando el cabello no está bien nutrido desde el interior, pierde lípidos esenciales y se vuelve más vulnerable a los cambios de humedad. Además, la falta de ciertos minerales, como zinc o hierro, afecta la calidad del sebo natural que protege el cabello, dejándolo expuesto y más propenso a la deshidratación.
Alimentos que pueden ayudarte a reducir el frizz
- Aguacate
Rico en grasas saludables y vitamina E. Ayuda a mantener la elasticidad del cabello y a mejorar su hidratación interna. - Salmón o sardinas
Fuente esencial de ácidos grasos omega-3. Refuerzan la barrera lipídica del cuero cabelludo y promueven un crecimiento capilar más saludable y brillante. - Huevos
Contienen biotina, proteína y vitamina B12. Fortalecen la estructura del cabello desde el folículo. - Nueces y almendras
Altas en zinc y selenio, minerales clave para mantener el equilibrio del cuero cabelludo y evitar que el cabello se vuelva quebradizo. - Espinacas y kale
Su alto contenido de hierro y antioxidantes favorece la oxigenación de los folículos y ayuda a mantener una cutícula más compacta. - Semillas de chía y lino
Fuente vegetal de omega-3 y fibra. Favorecen la hidratación desde el interior y reducen la inflamación que puede afectar el ciclo capilar. - Frutas ricas en vitamina C (como kiwi, fresas, guayaba)
Esta vitamina potencia la producción de colágeno, fundamental para una estructura capilar resistente y suave.
¿Qué conviene evitar?
Una dieta alta en azúcares refinados, grasas trans o ultraprocesados puede agravar el estado del cabello. Estos ingredientes elevan la inflamación sistémica y reducen la absorción de nutrientes, lo que impacta directamente en la salud del cuero cabelludo y la calidad del sebo protector natural. También es importante moderar el consumo de cafeína y alcohol, ya que pueden contribuir a la deshidratación general.
No basta con invertir en mascarillas, sérums o cortes frecuentes. Si el frizz persiste a pesar de una rutina capilar constante, mirar hacia tu alimentación puede ser el siguiente paso lógico. Incluir nutrientes clave en tu dieta no solo transformará la apariencia de tu cabello, también fortalecerá su estructura y devolverá ese equilibrio natural que muchas veces buscamos solo en el exterior. Comer bien también es una forma —silenciosa, pero poderosa— de cuidar tu melena desde la raíz.