Conoces gente de otras culturas, países; con diferentes tradiciones y religiones.
Descubres qué te gusta y qué no te gusta de ti.
Dejas de ponerte excusas, porque eres el único responsable de lo que haces.
Inviertes nada más en ti.
Descubres qué te gusta hacer y qué no.
Deja de incomodarte el silencio y lo empiezas a apreciar.
Te desconectas del mundo, puedes dejar las redes sociales un rato y la rutina de comunicación intensa del día a día.
Dejas ir tus miedos.
Te das cuenta de lo fuerte que eres.
fuente: Pinterest