En los años 90, la perfumería femenina vivió un momento de esplendor que dejó huella en la memoria olfativa colectiva y que se convirtió en toda una tradición que enriqueció las posibilidades al elegir un aroma personal ya que fue la década de las composiciones ricas, pensadas para durar y acompañar con identidad. Treinta años después, ciertos lanzamientos de aquella época siguen vigentes no por nostalgia, sino por la calidad de su arquitectura aromática y la fuerza de su personalidad.
Hoy, estas cinco fragancias nacidas en los 90 siguen siendo favoritas en las coquetas vitrinas de las grandes casas. Cada una conserva su esencia original, adaptándose con sutileza a nuevas generaciones que buscan más que un aroma, un sello personal que se proyecte con elegancia y perdure en la piel —y en la memoria.