En la alta perfumería, el mango rara vez aparece como protagonista. Su dulzura y carácter jugoso suelen asociarse con fragancias ligeras, casi juveniles. Sin embargo, en manos de un perfumista experimentado, esta fruta se convierte en una nota capaz de transmitir lujo, sensualidad y, sobre todo, modernidad durante el verano.
Esta selección reúne cinco creaciones donde el mango no es un adorno exótico, sino un acorde trabajado con precisión. Cada uno de estos perfumes es un ejercicio de composición que demuestra que la fruta favorita del verano puede habitar con naturalidad en el terreno del lujo.
Hermès – Un Jardin sur le Nil
Jean-Claude Ellena logró capturar el instante exacto en el que un mango verde aún cuelga de la rama, rodeado por un paisaje ribereño. Aquí, la fruta se muestra fresca, ácida, sin artificios dulces. La acompañan notas de loto, jacinto y maderas claras que le dan un aire limpio, etéreo, como un paseo matinal por el Nilo.
Vilhelm Parfumerie – Mango Skin
El nombre anticipa el carácter de la fragancia: un mango maduro que conserva cierta piel amarga, arropado por mora, pimienta negra y flor de loto. La dulzura es medida, la profundidad viene de un fondo amaderado y almizclado. Es un perfume que pasa de la frescura inicial a una sensualidad más densa, ideal para quien busca un frutal sofisticado.
Unique’e Luxury – Mangonifiscent (Extrait de Parfum)
En esta composición, el mango es voluptuoso y táctil. Aparece entrelazado con rosa, jazmín, vainilla y ámbar, logrando un equilibrio entre lo jugoso y lo aterciopelado. Es una fragancia de gran proyección, pensada para dejar huella, con una concentración que multiplica su longevidad sobre la piel.
New Notes – Mangomina D
Un lanzamiento reciente que combina mango con notas marinas, yuzu y maderas ambaradas. Aquí, el fruto adquiere un perfil contemporáneo, más urbano que tropical. Su estructura limpia y brillante lo convierte en una opción versátil para quien quiere un perfume fresco, pero con el peso olfativo de la perfumería nicho.
Xerjoff – Cruz del Sur II
Una fragancia nicho desde Italia que se atreve con mango real en apertura, fusionándolo con piña, manzana, vetiver, cedro y almizcle. La mezcla resuena como una sinfonía frutal refinada: el mango emerge natural y vibrante, nunca caricaturesco. Es un lujo olfativo que equilibra la frescura con la estructura, ideal para quien busca sofisticación tropical sin caer en lo evidente