La MET Gala 2022 pedirá a sus asistentes que encarnen la grandeza de Gilded Age New York.
La segunda parte de la gala que comenzó el año pasado pide a todos asistir con un Gilded Glamour.
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Un período de prosperidad, cambio cultural e industrialización
La bombilla de Thomas Edison, patentada en 1882, se encendió primero en el edificio del New York Times y luego en toda la ciudad. El teléfono de Alexander Graham Bell de 1876 hizo que la comunicación fuera instantánea y creó una demanda de operadores para atender las líneas, liderando una de las primeras oleadas masivas de mujeres en el lugar de trabajo. Millones de inmigrantes llegaron al país a través de Ellis Island.
Gilded Glamour
La moda durante ese período fue de exceso. Gracias a las recientes innovaciones de los telares eléctricos y de vapor, la producción de telas se volvió más rápida y económica. Como resultado, los vestidos de mujer a menudo presentaban una combinación de muchos textiles, como satén, seda, terciopelo y flecos, todos adornados con texturas exageradas como encaje, lazos, volantes y volantes. Los colores eran tonos profundos, mientras que los colores más claros solo se usaban en casa, ya que no eran prácticos al caminar por las calles de Nueva York y los sombreros eran una necesidad para salir. La mayoría estaban adornados con plumas.
Los corsés eran comunes, y desde la década de 1870 hasta finales de la de 1880, las mujeres adoptaron una vestimenta para alargar sus ‘traseros'; de hecho, un dicho que se repetía comúnmente era que un bullicio debe ser lo suficientemente grande como para albergar una ‘servicio de té'. Sin embargo, en la década de 1890 pasaron de moda.
Eso no quiere decir que toda la moda de la Edad Dorada fuera formal
A medida que las actividades de ocio como andar en bicicleta y jugar al tenis se hicieron populares entre el grupo adinerado, la ropa deportiva, por primera vez, se convirtió en una parte integral del guardarropa. Muchas mujeres adoptaron un conjunto camisero, o una falda larga combinada con una blusa, que permitía un movimiento más fácil. Las fiestas y los bailes sacaron a relucir el estilo más extravagante. La ópera tenía un estricto código de vestimenta: las mujeres se ponían vestidos de tul dejando al descubierto su escote, opulentas capas forradas de piel y guantes hasta los codos, mientras que los hombres se ponían sombreros de copa. La década de 1880 también vio la llegada del esmoquin a Estados Unidos.
Para darnos una idea cómo veremos a los invitados, esta cita de la Condesa Olenska de The Age of Innocence, nos iluminará el camino.
“Todo en ella brillaba y brillaba suavemente, como si su vestido hubiera sido tejido a la luz de las velas, y llevaba la cabeza en alto, como una mujer hermosa que desafía a una habitación llena de rivales.”
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