Georgio Peviani: la marca FALSA que logró colarse a PFW

peniani.jpg

En múltiples ocasiones hemos sido testigos de diversas marcas de imitación que pretenden llegar a ser copias idénticas de firmas reconocidas fallando en el intento, nombres como Pierre Klein, Cuggi, Lewis Vooton son los identificados, pero ¿qué pasaría si una marca común y corriente de lo más accesible puede llegar a PFW?

¿Han escuchado hablar de Georgio Peviani? ¿No? Fue una de las firmas más reconocidas en PFW, una de las semanas más importantes e icónicas dentro de la industria, todas las tendencias están ahí y es el punto de encuentro de las personalidades más famosas e importantes, y también fue el escenario perfecto para que Georgio Paviani recibiera toda la atención, solo tiene un problema... no existe. Sí, todo fue trabajo de Oobah Buttler, un chico que fingió ser un reconocido diseñador para infiltrarse en la semana más importante de la moda, y logró que los compradores de Milán quisieran su mezclilla en sus tiendas, el círculo interno lo quisiera en sus salas de exposición y los influencers festejaran con él por la noche.

¿Pero cómo lo logró? Al buscar el nombre del diseñador italiano en Google, en la búsqueda aparecerá una lista considerable de pantalones, lo extraño es: no existe nadie llamado así pero sí una marca de imitación de la que se apoderó Buttler y consiguió llevar a la Semana de la Moda en París.

WhatsApp-Image-2018-05-12-at-4.49.49-PM.jpeg

El primer paso fue comprar el dominio georgiopeviani.com, arriesgado pero al saber que la persona no existe no podía haber preocupación de recibir una demanda, posteriormente un correo electrónico: georgio@georgiopeviani.com

Lo siguiente en la lista: comprar varias prendas de la línea Peviani en el mercado, para después viajar a París, ciudad que asumió no conocer pero utilizar como guía a alguna chica con faldas de corte extravagante o zapatos Balenciaga, para así llegar al lugar del evento, luego de algunos sucesos, lo consigue y llega a una de las pasarelas en el Palais Brongniart. En el venue fue dirigido a la recepción por seguridad y una mujer le advirtió: “Monsier, lamento decirle que vamos a necesitar que nos muestre sus credenciales”, en respuesta mostró una de sus tarjetas de presentación sobre el mostrador. La mujer que tecleó y habló en francés con su compañera, quienes después de una discusión regresan y le dan el pase de entrada a uno de las experiencia más fashionistas de su vida. Ya adentro, las relaciones sociales comienzan, influencers, modelos y todas las personalidades que acostumbran a reunirse en el evento se hacen presentes, y también cruzan palabras con él. ¿El secreto? la seguridad y la empatía, un par de tarjetas de presentación repartidas y el comienzo de la promoción y ventas.
GettyImages-979382784.jpg

GettyImages-979136412.jpg

Segundo día: reflectores, paparazzis y una buena sonrisa a todas las cámaras que se hacen presentes, relación con RPs y el intento de entrar al desfile de Vivienne Westwood, lo logra... asiento en primera fila, cuando alguien está en ese lugar, significa que es alguien importante.
GettyImages-980564366.jpg
Termina el evento, y la sorpresa: Alexa Chung a su lado, ¿qué sigue? preguntar sobre la fiesta posterior, ella le reenvía una invitación. Y así es como tiene acceso a uno de otros eventos más exclusivos: “Para ser un verdadero icono, debes hacer que todo el mundo te mire. Debo esforzarme más”, repite, ya en la fiesta.
GettyImages-856549930.jpg

GettyImages-159220667.jpg
En el tercer día: Una bandeja llena de correos e invitaciones, él decide asistir a la presentación de colección de Véronique Leroy, en la que se prueba vestidos y continúa con las relaciones sociales. Y por fin, ¿quién está detrás de aquellas prendas? El nombre es Adam Asmal, un hombre que se marchó de Zambia y llegó a Gran Bretaña en 1982 para dedicarse a la industria textil. Así fue como a principios de los noventa se le ocurrió el nombre Georgio Peviani y le gustó porque sonaba italiano y su diseñador favorito es Armani.

“Lo que me gusta de esta marca es que es accesible para cualquiera. No es como Armani, que solo unos pocos privilegiados pueden permitirse”, explicó.

La historia anterior es un relato real, y por lo cual podemos inferir que llegar a Paris Fashion Week no puede ser tan complicado si sabes manejar toda una estrategia en Comunicación y Relaciones Sociales, y a Oobah Buttler no le costó trabajo a partir de este experimento social.

TAMBIÉN TE VA A GUSTAR